El dinero apenas circula en la calle por el parón económico que ha impuesto el coronavirus pero hay operaciones como llenar la cesta de la compra y el pago a proveedores de las empresas abiertas que son imprescindibles pese al estado de alarma. Las entidades financieras contribuyen a que la sociedad capitalista siga funcionando pese a la crisis del Covid-19. Cientos de transacciones como el pago de alquileres, servicios esenciales, seguros, hipotecas, créditos financieros, tasas administrativas, nóminas y pensiones, entre otras facturas a las que particulares, compañías, entidades y administraciones deben hacer frente mientras se lucha contra el virus, se realizan a diario entre sucursales. La banca contribuye en parte a que la economía circule, de ahí que tengan sus puertas abiertas.
"Están siendo días muy intensos y gratificantes", confiesa Angelo García Quintero, director de la oficina de Bankia, en la calle José Franchy Roca de la capital grancanaria, consciente de que el papel que realizan estos días y la puesta en marcha de acciones como la moratoria hipotecaria para los particulares o los créditos puente para empresas y autónomos contribuyen a generar ese "clima de tranquilidad" entre sus clientes, tan necesario ante la parálisis social e incertidumbre originada por el coronavirus. "Somos conscientes de que somos parte de la solución en esta crisis tan dura, que nada tiene que ver con la crisis económica del 2008; o por lo menos ayudaremos a sobrellevarla", dice.
Bankia ha adelantado la pensión a sus clientes jubilados, advirtiéndoles telefónicamente de que se les había ingresado el dinero para evitar que se acercaran a las sucursales. También han adelantado el desempleo en una semana a los parados y han relajado las comisiones por servicios y por retirada de dinero para contribuir a dar sosiego a su clientela.
La entidad, que solo ha cerrado tres de las cien sucursales que tiene en Canarias y mantiene al 52% de los empleados teletrabajando para contribuir a frenar el virus, informa que la afluencia de clientes a las oficinas ha descendido entre un 80 y 85% a medida que pasaban los días del estado de alarma. García explica que , en su oficina, gran parte de la clientela opera online pero que, en estos días, han facilitado el uso a aquellos que lo desconocían o habían olvidado cómo hacerlo. Y afirma que no ha habido pánico entre la clientela ante la situación que se vive. "Alguno ha sacado alguna cantidad importante pero no ha sido significativa", concreta. Las oficinas están abiertas de 08.15 a 14.15 horas, salvo los festivos de Semana Santa.
El BBV, con presencia en toda Canarias, mantiene el 47% de su red comercial abierta tras la reorganización de sus oficinas para prevenir el contagio y bajar la afluencia a las oficinas. Solo entre un 11 y un 13% de la plantilla trabaja en las sucursales.
Desde la entidad se asegura que las demandas más recurrentes de la clientela en las sucursales durante el estado de alarma ha sido la de solicitar tarjeta para operar en terminales entre aquellos que no la tenían, así como el ingresar o reintegrar cantidades grandes de dinero y el cobro de cheques. "Los particulares han mostrado interés por las moratorias de préstamos al consumo e hipotecarios; los autónomos y las pymes se han interesando por las líneas ICO. También han venido a entregar documentación para operaciones que ya tenían en curso", afirman. El banco reconoce además que la situación que se vive está "digitalizando a muchos clientes". Ellos también han adelantado la pensión a los jubilados y han posibilitado el pago de recibos no domiciliados a través de la aplicación del banco con solo enviar una foto del mismo.
El Santander trabaja de lunes a jueves, aunque ha reducido el número de oficinas. Ha fomentado las operaciones online y otras medidas para facilitar las transacciones entre sus clientes.
