El impacto del coronavirus en el mercado laboral no solo se evidencia en los ajustes en el empleo a través de despidos temporales o definitivos, renovaciones de contratos frustradas, permisos retribuidos o vacaciones forzosas. El obligado confinamiento de toda la población y la paralización de la economía, -salvo las actividades consideradas esenciales, que siguen en marcha- ha conducido a las empresas y a las administraciones a acelerar los procesos para facilitar el teletrabajo. En el Archipiélago, menos de la mitad de la población, el 48%, puede teletrabajar y son los funcionarios el colectivo que más lo hace, con un 88% del total, seguido del 74% de los asalariados en el sector privado. El 72% de los autónomos también teletrabajan a raíz de la crisis sanitaria desatada por la pandemia frente al 52% de los empresarios que se encuentran en idéntica situación.
La encuesta de la empresa Servicios Avanzados de Opinión (SAO), cuyas primeras entregas ya han sido publicadas por LA PROVINCIA / DLP, refleja que los empresarios son, precisamente, quienes más combinan el trabajo desde casa con la asistencia presencial a sus puestos, pues casi un 40% -dos de cada cinco- declara hacerlo así. Los trabajadores por cuenta propia que también compaginan el trabajo a distancia con el presencial es significativo, pues alcanzan un porcentaje del 17%.
El avance del número de infectados con coronavirus llevó al Gobierno central a recomendar a las empresas el fomento del teletrabajo en la medida que fuese posible para disminuir el riesgo de contagio, una recomendación que llegó, incluso, antes de que se aprobase a mitad de marzo la declaración de alerta sanitaria. En el momento de realizar la encuesta, realizada entre el 28 de marzo y el 3 de abril con 870 entrevistas sobre una población a partir de los 16 años, no todos los ciudadanos tenían los medios necesarios para poder llevarlo a cabo.
En términos generales, y sin diferenciación por colectivo laboral, la encuesta arroja que el 48% de los ciudadanos, menos de la mitad de la población, podían realizar las tareas desde su hogar. Otra parte importante, un 32% -algo más de tres de cada diez-, podía hacer algunas actividades relacionadas con su trabajo, pero no todas. Un 20%, en cambio, no podía.
La afectación de la crisis sanitaria y sus múltiples efectos en la vida social y económica del país también alcanza al estado de ánimo de los ciudadanos. Al ser cuestionados sobre la posibilidad de trabajar desde casa, las respuestas varían en función del grado de preocupación que muestra el encuestado ante el escenario actual. Tal es así, que a medida que aumenta la preocupación por el coronavirus, los canarios encuentran más dificultades para efectuar su trabajo desde casa. Un 42% de los que aseguran estar muy preocupados creen posible teletrabajar frente al 50% de los que están bastante preocupados o del 62% de los que lo están poco.
Los efectos del coronavirus se han hecho sentir en todos los sectores y el ámbito educativo no es una excepción. La pandemia ha interrumpido y ralentizado las clases en todos los niveles académicos al impedir que el curso pueda continuar de forma presencial. En un momento en el que se debate sobre la continuidad y el tipo de evaluación del curso académico, la encuesta de SAO refleja que el 90% de los estudiantes -o, lo que es lo mismo, nueve de cada diez alumnos- siguen clases online, realizan los deberes marcados por sus profesores o hacen actividades formativas a través del ordenador.
En este caso, llama la atención que en los hogares con menores donde el estado de ánimo es peor -o aquellos estudiantes que tengan una actitud más negativa-, se ejecutan más labores de estudios online (97%) que en los casos donde impera un ánimo neutro (89%) o, incluso, positivo (85%).
Medidas insuficientes
Los canarios tildan de insuficientes las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo central para dar sostén a los autónomos, empresas y familias ante la crisis desatada por el coronavirus. Los ciudadanos, según la primera entrega de la encuesta, suspenden la gestión del Gobierno central de coalición PSOE-Podemos liderado por Pedro Sánchez, así como la labor realizada por la Consejería de Sanidad del Gobierno canario y el trabajo de los sindicatos. El Ejecutivo presidido por el socialista Ángel Víctor Torres -que la próxima semana comparecerá en el Parlamento por petición propia para explicar todo lo relativo a la crisis del coronavirus- obtiene, por su parte, un aprobado raspado.
El impacto económico de la pandemia tiene en el mercado laboral su cara más visible. Según la encuesta, el 79% de los empresarios de las Islas está abocado a reducir las plantillas por la caída de la facturación. Hay que tener en cuenta, además, que la situación laboral de dos de cada cinco canarios ha cambiado a raíz de la pandemia. El contrato del 34% de los trabajadores varía por verse afectado por un expediente de regulación temporal del empleo (ERTE), el 6% por no ser renovado, el 2% por tener que coger vacaciones forzosas y el 1% por ser despedido. Los despidos temporales siguen, de hecho, una tendencia creciente en el Archipiélago. La Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno canario informó hace dos días que hasta el pasado viernes se habían presentado en las Islas 24.337 solicitudes de ERTE que afectaban a 186.754 trabajadores.
La pandemia, que ha trastocado el ritmo económico y social del país, ha conducido también a un cambio de hábitos en la población del Archipiélago. El obligado confinamiento en los hogares ha llevado a los canarios a dedicar más tiempo a hablar con la familia y con los amigos, así como a chatear y estar más pendiente de las redes sociales que antes del estallido de esta crisis sin precedentes.
