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Crisis del coronavirus La visión de los actores económicos

Ofelia Betancor: "Una lección de esta desgracia es que hay otras maneras de priorizar el gasto"

"Debemos ser conscientes de que en el futuro tendremos que pagar la deuda que se está generando", indica la profesora titular de Economía Aplicada de la ULPGC

Imagen de Ofelia Betancor, profesora de Economía en la ULPGC. LP / DLP

Esta crisis

Es obvio que tenemos dos frentes, el sanitario y el económico. También es evidente que el frente económico se irá solucionando cuando se resuelva el sanitario, al menos en parte. Por lo que respecta a la dimensión sanitaria estamos a la espera de tratamientos antivirales que sean efectivos, hay ya varios en fase de pruebas y creo que es la principal esperanza. Sabemos que la vacuna servirá para prevenir oleadas futuras y cuando los tratamientos empiecen a funcionar la gente empezará a confiar y se irán relajando las restricciones pero, mientras tanto, seguiremos en la situación actual. Me gustaría destacar la presentación de dos profesores italianos de Economía que hacen una propuesta sencilla pero que llama la atención en relación con el problema sanitario. Ellos plantean hacer un muestreo aleatorio a la población haciendo tests y de ahí inferir a la población general lo que está ocurriendo para así derivar lecciones y supervisar. Por ejemplo, imagínese que de una muestra de 100 personas se identifica que 80 están infectadas o han superado la enfermedad, esto podría significar que si se infiriera a la población en general a través de un tratamiento estadístico podría ocurrir que el 80% de la población podría estar inmunizada y estaríamos derivando lecciones sobre cómo actuar para resolver problemas sanitarios. Me parece una propuesta muy interesante, aunque necesitaríamos conocer las características demográficas y socioeconómicas de la población. Lo que plantean es que sería mucho mejor si el estudio se hiciera a nivel mundial.

¿Se trata de un estudio que también valdría para futuros problemas de este tipo?

Sí. Lo importante es extraer toda la información que podamos y esta es una manera. Este tipo de estudios lo hacemos los economistas y los especialistas en análisis estadísticos de datos y puede ser una opción muy interesante.

¿Y cómo valora el impacto económico que se está produciendo?

Por el lado de la economía estamos en una recesión por parada brusca de la actividad económica y observamos una contracción tanto de la oferta agregada como de la demanda agregada en consecuencia. Lo que se necesita en este escenario son políticas expansivas, que es lo que se está planteando, que contrarresten las contracciones. Aquí el Estado tiene que estar a la altura de unas circunstancias que son críticas e inéditas con políticas de incremento del gasto público y de reducción de impuestos, además de políticas monetarias expansivas provenientes del instrumento que tiene para ello la Unión Europea, es decir, del Banco Central Europeo. Lo que se está planteando son incrementos de gasto masivos como no hemos visto en mucho tiempo. Esta situación va a suponer un endeudamiento de cara al futuro pero ahora es el momento y lo requiere la situación. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que en el futuro tendremos que pagar esta deuda cuando la economía se recupere.

¿Hacia dónde debe dirigirse prioritariamente este aumento del gasto público?

Este incremento del gasto debe ir dirigido hacia sanidad de forma masiva, porque si hay alguna lección que se puede extraer de esta desgraciada experiencia es que la manera en la que priorizamos el gasto debe ser otra. El pilar básico de la sociedad es la salud, lo estamos comprobando, y el segundo pilar es la educación. Estas políticas expansivas deben ir hacia la emergencia sanitaria porque estamos asistiendo a situaciones indeseables. Después hay que invertir más en sanidad para poder hacer frente a crisis sanitarias futuras y así poder ser más resistentes. La segunda parte del gasto también se está haciendo, aunque en diferentes grados según los países, en la protección de los agentes económicos, es decir, los trabajadores y sus familias por un lado y las empresas y los autónomos por otro. La protección se está produciendo para los parados por esta crisis a través de los ERTE, pero quizá no se ha pensado tanto en los que están trabajando en las trincheras: los sanitarios, los cuerpos y fuerzas de seguridad y todos aquellos que intervienen en la cadena de suministros. A este personal hay que protegerlo especialmente y estar muy pendientes de sus necesidades por si requieren incentivos económicos. Una opción que se ha puesto sobre la mesa para empresas y autónomos es aliviar el pago de impuestos y las cuotas de la Seguridad Social.

¿Cómo cree que afectará al transporte este parón casi absoluto de la actividad?

El transporte urbano e interurbano de pasajeros empezará a recuperarse cuando la gente comience a salir a la calle porque habrá que incrementar frecuencias y será lo primero en ponerse en marcha. El transporte aéreo llegará más tarde porque se trata de abrir las frecuencias entre islas, con la Península y ya con otros países. Sin embargo, países como China siguen imponiendo nuevos límites a la entrada de personas procedentes de otros países por sus aeropuertos. Esta situación supone que hasta que no se solucione el problema sanitario, al menos en Europa, no será fácil que el resto de los europeos se muevan libremente en el espacio de la UE. Cuando esto suceda es cuando los turistas retornarán a las Islas, pero va a llevar su tiempo y requerirá no solo que la crisis sanitaria haya pasado, sino que la gente se sienta segura para poder viajar. Mientras tanto hay que aguantar la situación con la esperanza de que nos podamos recuperar en el futuro y retomar la actividad económica en mejores condiciones.

Pero el sector turístico no solo depende de que los hoteles se vuelvan a abrir sino de que vengan los turistas de los países emisores ¿no?

Anticipo que seguramente habrá una recuperación más adelante importante porque el confinamiento va a provocar que la gente quiera salir también al exterior para recuperar la actividad turística y disfrutar del mundo global. Pero esto será cuando sea seguro, tanto para ellos como para nosotros y eso no va a ser inmediato. El turismo es la actividad que se recuperará más tarde porque dependerá del transporte aéreo, ya que la conectividad también implica que estamos trasladando el patógeno y hasta que la cosa no esté clara no llegarán turistas al menos desde Europa. En primer término será más bien de la Península.

¿Y cómo se pueden recuperar las compañías aéreas para que les sea rentable volar tras este parón tan fuerte?

La dificultad económica es que podemos entrar en un ciclo en que se siga contrayendo la demanda agregada, es decir, que la gente no consuma, que vaya más gente al paro y que se reduzca la oferta. Hay que ser muy cuidadosos ahora y proteger a los agentes económicos lo máximo posible, prepararnos y tratar de mantener la actividad económica en cuarentena y después retomarlo para que la gente se vaya incorporando y empiece a consumir. En cualquier caso hay mucha incertidumbre, por lo que lo importante son las medidas que se adopten ahora y que pasan por este tipo de medidas expansivas que contrarresten la paralización de la actividad.

¿Ahora es el momento de cambiar la política económica de la UE mantenida en los últimos años tras la recesión de 2008?

Sería lo deseable. Insisto en el Estado pero también las instituciones europeas tienen que estar a la altura.

¿A la hora de la recuperación será decisiva la situación de Canarias de lejanía y sus singularidades tanto en el marco del Estado como de la UE?

Una de las lecciones que nos puede dar esta desgraciada experiencia es la priorización del gasto porque nos hemos ocupado mucho de las infraestructuras. Hay muchas inversiones que se han realizado en este país y se ha analizado también en reiteradas ocasiones el coste de oportunidad de realizar determinadas inversiones y hoy estamos viendo a lo que hemos renunciado. Seguramente esta es una lección a tener en cuenta a la hora de priorizar el gasto público. Por tanto, el gasto tiene que ir hacia los pilares públicos y el primero de ellos es la sanidad. Creo que es la lección más importante ahora: qué hemos hecho y a qué hemos renunciado porque ahora lo estamos pagando. A Canarias nos están dando unos 700 millones para la subvención al transporte aéreo de residentes o se está planteando construir trenes en las dos islas capitalinas con una inversión tremenda. Quizá es el momento de plantearse adónde tiene que ir ese dinero y no vale el argumento de que ese dinero es para infraestructuras, ese dinero tiene que ir hacia dónde realmente se necesita y lo tenemos que reclamar. Siempre hemos dicho en el análisis de las evaluaciones coste-beneficio que hay que tener en cuenta el coste de oportunidad, porque el dinero público es finito.

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