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Crisis del coronavirus La gestión del 'cero turístico' en el Archipiélago

Yaiza Castilla: "Canarias tiene que ser un laboratorio mundial para la seguridad turística"

"Se tienen que rediseñar los protocolos de cada servicio: bufés, mesas...", enfatiza la consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias

Yaiza Castilla, en la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife. ANDRÉS GUTIÉRREZ.

Está por ver hasta cuándo, pero que no habrá turismo durante meses es seguro. Sin embargo, el Gobierno central aún no ha garantizado, más allá de la voluntad de la ministra de Trabajo, que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) seguirán teniendo bonificados los pagos a la Seguridad Social tras el estado de alarma

Es una demanda que el Gobierno de Canarias ha abanderado desde el minuto uno. El estado de alarma se levantará y la crisis económica seguirá existiendo, por eso hemos pedido de forma reiterada el mantenimiento de los ERTE. Espero que haya una pronta respuesta, por lo menos para el sector turístico y para Canarias, porque efectivamente el peso del sector en el Archipiélago es bien diferente al que tiene en el resto de comunidades autónomas. Es muy muy importante, tanto para los ingresos del sector privado como para el sustento de las arcas públicas. Las cifras de lo que estamos dejando de ingresar evidencian que es vital reactivar el sector e inyectarle liquidez.

¿De qué cifras hablamos?

Si se frena el turismo, se frena toda la economía regional: el empleo se reduce en torno a un 40%, disminuye la inversión, se reduce el consumo y se reducen también los ingresos públicos de la Comunidad Autónoma. Calculamos la reducción en unos 200 millones de euros al mes, es decir, que cada día en la situación actual estamos dejando de percibir casi siete millones. Si no elaboramos un plan de choque para el turismo en particular, algo para lo que el Estado nos tiene que echar una mano, dejaremos de ingresar siete millones al día y 200 al mes que servirían para sufragar medidas sociales e incluso poner en marcha otras nuevas.

Pues si tuvo usted que batirse el cobre en Madrid para hacer entender por qué la quiebra de Thomas Cook golpeaba a las Islas con especial dureza, todo parece que le va a tocar volver a bregarse.

En Madrid siempre ha costado que nos entiendan, que entiendan las singularidades de Canarias, y tenemos que ser muy duros en nuestras reclamaciones para escenificar las dificultades a las que nos enfrentamos. Si en aquel momento fui dura, le garantizo que ahora lo soy todavía más, porque en los últimos cien años no ha habido una caída turística mundial de tal calibre. Hablamos de una caída de un 20 o un 30% que será mayor en Canarias, y esto el Estado tiene que tenerlo en consideración. Si el Estado no tiene en cuenta estas singularidades, difícilmente podrá trasladarlas a la Unión Europea. Tendrá que hacer un plan de choque específico para Canarias y especialmente para el sector turístico, que aporta un 12% al PIB nacional. No estamos hablando de boberías ni de algo residual.

Casimiro Curbelo, líder de su partido (Agrupación Socialista Gomera), dijo en una reciente entrevista con este mismo diario que no cabe otra cosa que presionar. ¿Percibe que todos en el Gobierno regional ejercen sobre Madrid la misma presión que usted ejerce?

Espero que así sea.

Está usted haciendo encaje de bolillos para buscar financiación cuando el superávit de la Administración pública canaria va camino de los 5.000 millones de euros, eso sí, bloqueados por la regla de gasto. ¿Cómo sienta esto?

Pues fatal. Ahora se exige altura de miras y defender las cosas coherentemente y con datos objetivos. Sabemos que la situación en Madrid, la situación del Gobierno central, digo, es complicada y compleja, pero en cada ámbito de competencia han de tomarse sus respectivas decisiones. Y adoptar y defender las posiciones de las comunidades autónomas. Canarias es una región ultraperiférica, y esta circunstancia debe hacerse valer ante el Estado y ante la Unión Europea. Debe haber un tratamiento específico para las RUP, porque nuestra situación ni siquiera es comparable a la de Baleares. Tenemos unos sobrecostes estructurales bien diferenciados, y esto hay que ponerlo sobre la mesa en las negociaciones. Espero que el Estado sea interlocutor para exponer nuestras necesidades y también que sepamos de una vez por todas hasta cuánto nos podremos endeudar, porque solo veo una solución a esta crisis: el endeudamiento rápido y masivo, y nos lo deben permitir Europa y España.

¿Para cuándo espera la respuesta del Ejecutivo estatal a las necesidades concretas del sector turístico de la región?

Aún no tengo una respuesta oficial, pero vamos a reclamarlo con mayor ahínco si cabe. Insisto: tiene que haber un plan específico para Canarias, porque si no, sería obviar nuevamente nuestras singularidades y las dificultades que estamos pasando y que vamos a pasar en los próximos meses, que van a ser peores. Es necesaria esa sensibilidad, y no será por falta de comunicación. Tanto en las comisiones sectoriales como en los comités ejecutivos del Consejo Español de Turismo lo he puesto de manifiesto por activa y por pasiva, y es algo que ha hecho también todo el sector: patronales, sindicatos...

Vamos, que no está usted satisfecha con la respuesta que hasta ahora ha dado el Gobierno central.

No. Ha habido una comunicación fluida, eso es verdad, pero no ha habido respuesta alguna. Y quiero esperar una respuesta positiva, porque no puede ser de otra forma.

A medio plazo, ¿se hará test a los turistas?, ¿habrá hoteles con el sello ‘Covid-19 Free’?

Es que habrá varios días después, varios días D. En primer lugar tras el estado de alarma, cuando habrá que ver cómo de preparados estamos; y luego el otro día D será cuando podamos reabrir, y para entonces queremos convertir a Canarias en un laboratorio mundial para la seguridad turística. En un laboratorio para el rediseño de la actividad turística, creando protocolos para cada uno de los servicios con el fin de minimizar cualquier posible riesgo y de transmitir la seguridad sanitaria como imagen y atributo principal de las Islas. Lo dije cuando se produjo el brote en el hotel de H10 y se registró aquel primer caso de coronavirus en La Gomera: tenemos que transformar esta situación en una oportunidad. Podemos ser ese laboratorio turístico mundial y el primer destino en implantar estos protocolos.

¿Hay que ir olvidándose de los bufés repletos de gente, al menos por un tiempo?

Sí, porque habrá que rediseñarlo todo. Esto es un punto de inflexión, porque ahora nos ha pasado lo del Covid-19, pero quién no dice que dentro de un año, y no es por meter miedo, que no lo pretendo, venga otro virus equis. Es un punto de inflexión para recapacitar y anticiparnos, para ganar en capacidad de respuesta y también de aprovisionamiento, por eso es tan importante ese laboratorio, esos protocolos. Miremos punto por punto: bufés, mesas, servicios... El sector ha de seguir siendo amable y exquisito en el trato al turista para continuar siendo líderes, pero hay que rediseñarlo. Y otra cosa muy importante es que tengamos buena capacidad de reacción y profesionalidad frente a primar las ganancias a corto plazo. Esto debe ser una premisa para tener éxito y mantener el liderazgo. Si hacemos lo contrario sin garantizar la seguridad sanitaria, nos veremos en serios problemas y tendremos muchas más dificultades para recuperar la normalidad o más bien para llegar a la nueva realidad, porque creo que no vamos a volver a la misma situación, sino que iremos a una nueva realidad. Creo y espero que seremos capaces de adaptarnos, pero bajo esa premisa.

¿Qué medidas económicas, laborales, fiscales y financieras ayudarían a caminar con más tranquilidad hacia esa nueva realidad?

El problema es que hay algunas que escapan de nuestras competencias, pero desde luego que de las investigaciones que estamos llevando a cabo obtendremos información a tener en consideración, también medidas sociales, como, por ejemplo, para esas personas afectadas por el cierre turístico en el ámbito de la formación. Siempre se le ha achacado al sector una baja cualificación, y es conocido el problema de pobreza estructural de las Islas, de modo que este es un buen momento para elaborar planes específicos de formación. Esto también forma parte de nuestro programa. En definitiva se trata de aprovechar este tiempo para que cuando se produzca la total reapertura, tengamos las mejores condiciones laborales posibles.

Otra idea es poner en marcha un programa de vacaciones como el del Imserso pero para la población en general o al menos para nuevos colectivos. Pero también esto está en manos del Estado. Si España solo promueve el turismo de cercanía, el del viaje en coche, las Islas quedarán al margen siendo las más perjudicadas por el ‘turismo cero’.

Claro. Pero creo que es muy importante no ofrecer apertura sin garantía sanitaria. Por eso he dicho que primero el turismo regional, que seamos solidarios, que de hecho lo somos, y nos quedemos aquí; quedémonos a disfrutar de Canarias, consumamos productos de aquí, de la industria y el comercio canarios. Y respecto al turismo nacional, yo planteaba ese plan de viajes que usted ha citado pero en el siguiente sentido, y me gustaría explicarlo bien.

Adelante.

Ese plan no debe confundirse con la generalización del descuento del 75% en el billete de avión del que disfrutan los canarios, porque eso es algo a lo que me opongo. Extender el descuento que tienen los residentes canarios y baleares, y en mayor medida los canarios porque el origen de ese descuento está aquí con independencia de que beneficie también a los baleares, es algo que lanzan las agencias de viajes y que no puede llevarse a cabo bajo esa premisa, porque estaríamos renunciando a la naturaleza misma de esa conquista histórica. Esa no es la vía; la vía es un plan nacional de incentivos para que el turismo peninsular venga a Canarias, y eso sí lo he propuesto. Coger la estructura del Imserso, darle la vuelta y enfocarla a otros sectores, ya sea por edad o, por ejemplo, por actividad. Un colectivo que puede tener capacidad económica y que para entonces necesitará un descanso es el de los trabajadores públicos: policías, guardias civiles, médicos, enfermeros...

Quién habría dicho que la lejanía y la fragmentación acabarían siendo beneficiosas.

Cierto. Somos el único destino de media distancia con capacidad de apertura segura de cara a la temporada de invierno para el mercado europeo. Y a ello se unen la experiencia profesional y la capacidad de respuesta empresarial de uno de los principales destinos del mundo. Sin olvidar la buena imagen que se dio en la gestión de los primeros casos detectados en España.

¿Porque la imagen de las Islas no ha empeorado?

Nuestra imagen está intacta, tenemos una gran fortaleza, ocho grandes fortalezas. Es más, la imagen de Canarias no solo no está tocada, sino todo lo contrario: nuestro liderazgo sigue estando ahí y ahora toca reforzarlo como laboratorio mundial.

Los hoteleros han pedido rebajas en los impuestos municipales de obras para aprovechar este cierre obligatorio y ejecutar reformas. Mientras, el Estado todavía adeuda dinero del plan de infraestructuras turísticas.

Hemos hecho reclamaciones y seguimos pendientes de ese dinero. Porque creemos que efectivamente es una situación idónea para acometer a nivel regional, si finalmente disponemos de fondos, esas obras de mejora de cara al momento de la reapertura. Seguiremos luchando para poder utilizar ese dinero; se ha reclamado y estamos esperando respuesta. La mejora de las infraestructuras es clave y también está dentro del nuevo modelo de gestión turística.

¿Cuánto deben los turoperadores a los hoteles?

No tenemos un dato objetivo del volumen de ese débito pero desde luego que es grande. Ya pedimos al Estado que arbitrara mecanismos para reclamar y que las empresas puedan recuperar ese dinero, porque muchas ya habían adelantado pagos y otras tantas habían prestado el servicio y aún no lo han visto satisfecho.

La industria solicita que también en su caso se prolonguen los ERTE por fuerza mayor. Antes producía para locales y turistas y ahora solo para los primeros. Pero si ni siquiera se ha oficializado para las empresas turísticas, difícil será incluir también a las industriales, ¿no?

Es complejo. Lo hemos planteado en el seno del Gobierno de Canarias para trasladarlo al Gobierno central, pero efectivamente aún no tenemos respuesta para el sector turístico, con lo que para el industrial lo veo complejo. No obstante seguiremos insistiendo en la medida de lo posible. No soy optimista pero no voy a desistir de la lucha. A nivel industrial, el Covid-19 debe de hacernos replantear la globalización. No tenemos que importarlo absolutamente todo, sino ser capaces de generar aprovisionamientos en Canarias; ahora es el momento de plantearse una relocalización de la industria, si bien es complicado por la situación económica, pero habrá que ver qué podemos hacer.

Ha anunciado usted un plan de contingencia para la industria y el comercio de 224 millones, pero supeditado a poder disponer de esos fondos.

Exacto. Hemos reestructurado el presupuesto, pero debemos ver en qué medida se mantiene y esperar a la respuesta de Madrid y de Bruselas sobre el endeudamiento para ir definiendo hasta dónde podremos llegar. Para el sector comercial hemos propuesto medidas, ya veremos si salen adelante, como una línea de ayudas directas de 32 millones para dar soporte a los autónomos y microempresas de un máximo de cinco trabajadores durante seis meses; destinar 30 millones en tres años para el desarrollo de estrategias de comercio online, que crecerá de forma exponencial; o la creación de un Instituto Retail para la formación y el emprendimiento con unos diez millones.

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