Las medidas de restricción de la economía y la movilidad aplicadas desde mediados de marzo para luchar contra la epidemia de Covid-19 han diezmado al colectivo de trabajadores autónomos en Canarias, tanto que uno de cada cuatro, el 24,4%, ha tenido que interrumpir su actividad hasta que vengan tiempos mejores o quién sabe si de forma permanente. Según los datos recopilados por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), a 42.606 autónomos de las Islas se les ha reconocido la prestación con la que se compensa el cese de actividad o las pérdidas en su facturación superiores al 75% como consecuencia de la vigencia del estado de alarma. La gran mayoría de ellos -29.049, un 68% del total- recibirá la ayuda por haber suspendido totalmente sus negocios, mientras que el 32% restante -13.557- la percibirá por la rebaja sustancial en sus ingresos a causa de esta situación. Sumando ambos supuestos, un 35% de los autónomos de las Islas -más de dos de cada tres- han solicitado acogerse a estas prestaciones.
La magnitud del impacto que la crisis del nuevo coronavirus ha supuesto para los trabajadores por cuenta propia -que en gran parte son pequeños empresarios y, a su vez, empleadores- no se refleja, sin embargo, en las cifras de afiliación a la Seguridad Social, dado que los beneficiarios de la prestación que han declarado el cese de actividad siguen contabilizados como dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), de la misma manera que las cifras de paro no recogen a los asalariados inmersos en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), cuyos contratos están suspendidos de manera transitoria. Así, entre febrero y marzo se registraron solo 1.908 bajas de autónomos en el Archipiélago, un descenso del 1,5%, según los datos facilitados por ATA, la asociación que representa a este colectivo. Con todo, las afiliaciones han disminuido en Canarias en mayor proporción que en el conjunto del país, donde han retrocedido un 1,1% (35.987 menos).
La región con más solicitudes
Canarias es la región en la que una mayor proporción de autónomos han pedido, a través de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, la prestación extraordinaria que concede el Gobierno central. Lo ha hecho un 35,7% del total, un porcentaje solo inferior al que presenta la ciudad autónoma de Melilla (35,9%) y que sobrepasa en casi catorce puntos la de Aragón, la comunidad en la que menos autónomos han recurrido a esta opción.
La gran mayoría, un 96,1%, de las 44.336 solicitudes presentadas en las Islas han sido resueltas favorablemente. Solo 1.731 han sido rechazadas. Entre las peticiones desestimadas predominaban, al igual que en las admitidas, las vinculadas al cese de actividad (1.221, frente a 510 por bajada de ingresos).
Las prestaciones que cobrarán los autónomos canarios suman casi 29,9 millones de euros, una cantidad que, dividida entre los 42.606 beneficiarios que se han contabilizado hasta la fecha, arroja como resultado 701,74 euros, la segunda ayuda media por persona más baja de todo el país, solo superior a la que recibirán los trabajadores por cuenta propia de Extremadura (689,80). Estos datos son congruentes con el hecho de que en estas regiones las cotizaciones de estos profesionales son más bajas que en el resto. Así, en País Vasco y Asturias estas cuantías rondan los 765 euros. Eso sí, Canarias es una de las comunidades autónomas que ha decidido complementar con fondos propios la prestación que paga el Ministerio. El Gobierno regional ha destinado 11 millones de euros a pagar el 30% de la base mínima de cotización en el RETA, dado que el Estado abona el 70% restante. Además, la iniciativa incluye la exención de la cuota mensual.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos en Canarias, Juan Carlos Arricivita, advierte de que en las próximas fechas seguirá creciendo el volumen de trabajadores y empresarios que se acojan a esta medida, puesto que también aumentará el de quienes se vean obligados a cesar en su actividad y el de los que alcancen una reducción del 75% en su facturación, a la que todavía no habían llegado en marzo.
"Hay taxistas, guías turísticos, inmobiliarias, pequeñas tiendas de alimentación que en un principio abrieron pero que han terminado cerrando porque gastan más de lo que ingresan... Sectores que en su momento se quedaron fuera y que ahora podrán pedir la prestación", augura. Los potenciales beneficiarios crecerán aún más si, como demanda ATA, la caída de los ingresos exigida para acceder a la prestación se rebaja del 75% al 40%. Arricivita llama la atención, además, sobre el hecho de que lo que se pide como requisito para acceder a la ayuda es un descenso en la facturación, pero la cantidad efectivamente cobrada es todavía menor y los afectados ni siquiera saben si podrán ingresar todo lo facturado.
Si se analizan por provincias los datos de quienes hasta ahora han resultado beneficiarios de la prestación se observa que en Santa Cruz de Tenerife su número supera en más de 2.000 el de Las Palmas (22.373 frente a 20.233). De hecho, las islas occidentales son, tras Guadalajara, la provincia española en que más autónomos han pedido esta ayuda, el 37,2% del total, una proporción que en la demarcación oriental del Archipiélago se sitúa en el 34,3%.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones abonó el 17 de abril el primer pago de esta prestación, que llegó a casi 920.000 trabajadores españoles por cuenta propia. El departamento que dirige José Luis Escrivá ha precisado que a los autónomos que hayan formulado la solicitud después de ese día y hayan pagado la cuota del mes les será devuelta si finalmente se les concede la ayuda.
La prestación extraordinaria por cese de actividad tiene una duración de un mes y se ampliará hasta el último día del mes en que finalice el estado de alarma. Su objetivo es proteger la falta de ingresos de los autónomos durante esta situación excepcional y contribuir a la supervivencia de su negocio.
Retroceso general
Las cifras de afiliación a la Seguridad Social muestran que Canarias terminó marzo con 127.430 autónomos inscritos en el RETA, 1.908 menos que en febrero, aunque todavía por encima que en el mismo mes del año pasado, cuando se registraban 1.211 trabajadores por cuenta propia menos. En estos datos no se tiene en cuenta al voluminoso grupo que ha acreditado el cese de actividad o que la ha reducido al mínimo como consecuencia de los estragos de la pandemia.
Las bajas de autónomos que se han producido entre el segundo y el tercer mes de este año están protagonizadas, especialmente, por el sector comercial (420 afiliados menos) y hostelero (371). La construcción, que durante marzo mantuvo una cierta actividad y en la que se depositan buena parte de las expectativas de reactivación económica, disminuye sus efectivos en 139 autónomos. Todos los sectores han sufrido retrocesos en sus niveles de afiliación, aunque el menos afectado es la agricultura que, a tenor de los datos proporcionados por ATA, solo ha perdido un cotizante entre febrero y marzo.
