El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, afirma que Canarias no debe precipitarse e impulsar una "apertura sincronizada" de todo el subsector turístico porque, aunque se reabran las conexiones aéreas, si los paseos, los parques temáticos, la restauración o las playas siguen cerradas no tiene sentido abrir un hotel.

"Si en Canarias los atributos de ocio o negocio están en el exterior hay que ir de abajo a arriba porque si eso está abierto me justificará desplazarme, que abra el hotel, que haya aviones, la movilidad no es la única cortapisa para que haya turismo si el resto de la cadena de valor no está acompasada", señala en una entrevista concedida a Europa Press.

En ese sentido, insiste en que "es importante que la apertura se vea como un todo" y entiende que "si todo está cerrado" las aerolíneas no verán atractivo impulsar los vuelos. "No voy a cambiar el confinamiento de mi casa por la habitación de un hotel", destaca.

Además, señala que para retomar la actividad "la seguridad psicológica es muy importante" y para ello apela a construir "una imagen de seguridad" en el destino pero sin poner en riesgo que el turismo es una "experiencia lúdica y placentera" por lo que advierte del riesgo de tomar medidas que pueden ser "disuasorias" a la hora de elegir las vacaciones.

En esa línea, comenta que hay que incidir en la "certeza" de que se está derrotando al coronavirus y avisa de lo contraproducente que puede ser "si cada dos minutos" recuerdan a los turistas que corren el riesgo de contagiarse.

"Trabajar para mejorar la confianza es fundamental", comenta, y por ello está favor de hacer todos los test que se pueda a la mayor parte de la población con el fin de saber qué personas son asintomáticas y tienen capacidad para propagar el virus. "Cuantas más pruebas científicas se puedan hacer, más seguridad daremos a quien se mueva", indica.

A modo de ejemplo, rechaza que se abra una playa con el usuario con guantes y mascarilla, entrando por turnos al agua o las tumbonas separadas cada tres metros. "Están convirtiendo una playa en un hospital de campaña al aire libre y esto no es nada atractivo, casi mejor que digan que no va a ser posible ir a la playa por cuestiones sanitarias, aunque me reviente", detalla.

Avisa de una "catástrofe" si no se recupera la movilidad

Para empezar a ver algo de luz en el futuro del turismo a corto y medio plazo, Zoreda ve "clave" la reunión que se va a celebrar el 13 de mayo en Bruselas con los ministros de transportes de la UE para ver si se "destraba" la situación y se pueden permitir los viajes transfronterizos a la mayor brevedad posible.

En caso contrario, pronostica una "catástrofe" en Baleares y el Mediterráneo peninsular porque son destinos "muy dependientes" de la campaña de verano, a diferencia de Canarias, que ha dejado atrás su temporada alta que va de noviembre a marzo aunque también sufrirá mucho porque el verano no es una 'temporada valle'.

Ha apuntado que "todo está en el aire" porque hay que regular las condiciones sanitarias para reabrir la movilidad y asume que aunque las conexiones entre Canarias y la Península se retomaran en junio aún sería una demanda escasa e insuficiente para "aguantar" al sector turístico.

Sobre la posibilidad de aprovechar la crisis sanitaria para cambiar el modelo turístico en Canarias indica que Exceltur lleva algunos años defendiendo "darle un giro" a la sostenibilidad para "empatizar" más con las expectativas que tienen los ciudadanos en el turismo y "evitar el repudio o la turistificación".

Zoreda afirma que hay que "replantear el modelo gradualmente", dejando claro que "ya está superado y es contraproducente" buscar un récord de turistas porque "en algunos lugares de España ya no se puede crecer más en temporadas punta".

"No se trata de crecer por crecer"

"No se trata de crecer por crecer, no es un objetivo válido, se trata de generar mayor riqueza en cada turista y como procurar que se consolide el empleo", indica, sin obsesionarse con ganar volumen pero al mismo tiempo sin "estigmatizar" al turismo de masas.

En ese sentido, entiende que buena parte del modelo turístico se basa en economías de escala, transporte accesible y capacidad alojativa pero en la última década "se ha desmadrado" por culpa de la "eclosión incontrolada" de las viviendas turísticas que son "competencia desleal y fuente de problemas de convivencia ciudadana".

Zoreda señala que el exceso de oferta impulsa los precios a la baja "para todos" y "los números no salen", por lo que el replanteamiento del modelo debe ir ligado a "no facilitar una capacidad alojativa ilegal", con el agravante de que "cada vez quedan menos señoras maría" a las que el alquiler vacacional les ayuda a llegar a fin de mes "y cada vez son más fondos de inversión y fondos buitre con miles y miles de viviendas turísticas explotadas en un régimen ilegal".

En ese sentido subraya que el subsector turístico ya era "rentable" hace diez años antes de la explosión del turismo low-cost, "los destinos respiraban mejor y la sociedad local veía menos inconvenientes al turismo", por lo que ve "margen de recorrido" para recuperar volúmenes de turistas "más asumibles" y que generen igual o más riqueza económica y consumiendo menos recursos sobre el territorio, residuos o seguridad ciudadana.