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Repsol desembarca en el mercado del butano en Gran Canaria y Tenerife

La petrolera cierra un trato con empresarios isleños e invierte 1,5 millones de euros en la operación

Camión de la empresa canaria de transporte José Antonio Doniz González SL llegando al almacén que la compañía tiene en Los Realejos. LP / DLP

Repsol compite desde hoy en el mercado del butano de uso doméstico en Tenerife y Gran Canaria. El desembarco de la energética en este segmento, que hasta el momento era terreno exclusivo de Disa y Cepsa, se produce de la mano de varios empresarios isleños y conlleva la inversión de 1,5 millones de euros. La participación de estos se circunscribe a la logística para el transporte de las bombonas desde Algeciras y la venta en las estaciones de servicio de su propiedad.

No hay reparto a domicilio. Los tradicionales recipientes de 12,5 kilogramos -del color anaranjado en la Península- se dispondrán en unas jaulas especiales que se ubicarán en 48 de las gasolineras que abandera la petrolera que preside Antonio Brufau en Tenerife (29) y Gran Canaria (19).

La operación es el resultado de un intenso proceso de negociación de Repsol con los empresarios canarios. El acuerdo con ellos era condición sine qua non para la compañía energética. Desde el primer momento se ligó la concreción de este entendimiento a la puesta en marcha de la operación.

De entre los partners canarios destaca la presencia de la mercantil José Antonio Doniz González SL, que se encargará del almacenamiento de la mayor parte de las bombonas en su almacén de Los Realejos y las transportará desde la Península aprovechando su experiencia y la operativa con la que funciona para otros productos. A ella se unen otros nombres destacados como Grupo González, también en Tenerife, y Costa Llano, de Gran Canaria. En el caso de esta última isla será el polígono industrial de Arinaga el lugar en el que se almacenarán las bombonas para su posterior distribución.

La condición de operador no dominante permite a Repsol limitar sus ventas a las islas que ella misma elija y le da, además, la posibilidad de no repartir la bombona a domicilio. El referido precepto legal busca precisamente el fomento de la competencia. No obstante, en este caso particular, el precio de la bombona de 12,5 kilos está regulado y se encuentra actualmente en los 13,37 euros. La irrupción de la pandemia del Covid-19 decidió a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a no volver a mantenerlo durante seis meses y no volver a revisarlo hasta septiembre.

El 65% de las ventas de GLP (gas licuado del petróleo) -suma de envasado más el granel- de todo el Archipiélago se concentra en Tenerife y Gran Canaria, con mayor presencia del envasado en la primera de ellas y del granel, por efecto de la más intensa actividad portuaria, en la segunda. Las fuentes de la compañía que confirmaron la puesta en marcha desde hoy mismo de la venta en las Islas aseguraron que en relación con la pandemia han establecido un protocolo de actuación para garantizar la asepsia total en cada unidad dispensada en las estaciones de servicio canarias.

Cinco años

El objetivo de la petrolera española es alcanzar una participación importante en el mercado de las Islas en el plazo de cinco años. Para ello deberá recortar la posición que hoy ocupan la histórica Disa y la aspirante Cepsa, que dio el paso que hoy acomete Repsol hace poco más de tres años declarándose aspirante a hacerse con la cuarta parte del mercado en Archipiélago; cuota que exhibe en el conjunto del país.

La bombona de butano era la estrella de la energía doméstica hasta bien entrados los años 80, cuando la aparición de la tecnología vitrocerámica permitió surtir del calor necesario al cocinado a través de la electricidad. En paralelo, las redes de gas ciudad desplegadas por el territorio peninsular hicieron lo propio con el agua caliente y la calefacción.

No obstante, la venta de este producto aún resulta interesante para las compañías. Cada año en el Archipiélago se consumen 3,1 bombonas (39,3 kilogramos) por habitante. La demanda de butano es mayor en la provincia de Santa Cruz de Tenerife (3,7 bombonas anuales por habitante o 45,8 kilos al año per cápita) que en la de Las Palmas (2,7 bombonas o 33,4 kilos).

Todas esas cifras se sitúan muy por encima de la media estatal, que está fijada en 1,9 bombonas al año, mientras que el consumo medio por habitante cada año asciende a 24,2 kilogramos. Cifras apartadas de las que existieron en el pasado pero que aún dejan el negocio dentro de los márgenes interesantes. De ahí el desembarco que acomete Repsol.

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