El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho este domingo que el Ejecutivo "sigue buscando" una solución para Alcoa, que ha anunciado su intención de despedir a 534 trabajadores de la planta de producción de aluminio primario en Galicia.

En la rueda de prensa posterior a la reunión telemática que ha mantenido con los presidentes autonómicos, Sánchez ha explicado que el Gobierno y, en especial, la ministra de Industria, Reyes Maroto, lleva trabajando "dos años" para encontrar una solución para la planta de aluminio.

Para ello mantiene abiertas vías de diálogo con el comité de empresa pero también, como ya adelantó esta semana en el Congreso, sigue buscando inversores para salvar la planta de San Cibrao, en Lugo.

Nuevas manifestaciones

En torno a 20.000 vecinos de A Mariña de Lugo han ocupado las calles del municipio de Viveiro este domingo en una manifestación pacífica y familiar en la que todos se han movido por una misma causa, el mantenimiento del motor de la zona, Alcoa en San Cibrao (Cervo).

El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha expresado en declaraciones a Europa Press que la movilización ha sido "un éxito rotundo" y cifra en 25.000 los asistentes a la protesta.

"Todos los políticos han podido ver lo que reclama la gente y la necesidad y urgencia de buscar una solución a esto", ha explicado el presidente tras finalizar la manifestación, que se inició a las 11,30 horas.

Por su parte, por las estimaciones de la Policía Local del ayuntamiento, unas 17.000 personas han acudido al llamamiento de los trabajadores de la empresa de aluminio que este domingo han vuelto a reclamar la nacionalización e intervención pública de la compañía para salvar los puestos de trabajo por los que se sustentan miles de familias.

Familias completas, políticos, trabajadores de Alcoa y de sus auxiliares y otras personas afectadas y conscientes de la situación de la factoría han recorrido Viveiro para acabar frente al ayuntamiento de la localidad pidiendo una "solución" para la energía.

En la convocatoria, los trabajadores llamaban a los asistentes a vestir de negro para simular el luto y el "enterramiento económico" que supondría el cierre de la factoría. De hecho, algunos de los manifestantes portaban ataúdes hechos con cartón, que reafirmaban la idea a la que se referían.