Instituciones y empresarios de Canarias han organizado un frente común para lanzar una fuerte ofensiva, de la mano del Gobierno español, con una clara finalidad, que Reino Unido deje fuera a las Islas de la cuarentena impuesta a todos los turistas que regresan de España, bajo la amenaza de multas superiores a los mil euros. Una medida que, de mantenerse, supondría la puntilla para la recuperación del sector, ya de por sí lenta por las consecuencias de la pandemia, habida cuenta de que el británico supone el primer mercado para el Archipiélago. La principal baza con la que cuentan para convencer al primer ministro británico, Boris Johnson, de que dé marcha atrás radica precisamente en la seguridad sanitaria de las Islas, cuya situación epidemiológica es de 5,8 positivos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de la mayor parte de países de Europa y, por supuesto, de Reino Unido, donde esta tasa alcanza el 13,9.

"Nuestros esfuerzos en estos momentos se centran en conseguir que las autoridades británicas puedan excluir de sus medidas de cuarentena a Baleares y a Canarias", aseguró ayer la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que defendió que España se encuentra en un escenario de control de la pandemia. "No tiene lógica que se obligue a esta cuarentena", aseguró por su parte el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, que espera que las "intensas" negociaciones llevadas a cabo este fin de semana den sus frutos "cuanto antes" porque es "fundamental" para Canarias. En la misma línea se mostró la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, que reconoció que imponer una cuarentena "incide negativamente en la toma de decisión del viajero británico hacia Canarias" y que merma la recuperación que estaba experimentando este mercado en julio, cuando se ha contado con 250 vuelos y alrededor de 50.000 plazas cada semana. Unas cifras que se preveían mejores para agosto y que habían animado a muchos empresarios a abrir sus negocios, una decisión que ahora se queda en el aire ante la posible avalancha de cancelaciones que esperan aerolíneas y hoteleros.

Éste es uno de los miedos que tienen los dueños de establecimientos alojativos, que muchos de los que iban a abrir sus puertas no lo hagan finalmente si la cuarentena se mantiene. El presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (Feht), José María Mañaricua, explica que Canarias ya contaba con la llegada de visitantes británicos que, aunque inferior a la de Baleares -que se encuentra en plena temporada alta-, marcaba una ligera recuperación de este mercado para el verano. Sin embargo, si Reino Unido no rectifica "en el Archipiélago habrá prácticamente un cero turístico británico porque aunque algunas compañías seguirán operando, la demanda será muy baja", asegura el presidente de la Feht, que considera que los hoteles que ya han abierto en las últimas semanas esperarán a analizar la situación, pero aquellos que dependen de los visitantes procedentes de Reino Unido y que tenían previsión de abrir "posiblemente no lo hagan".

Tenerife es la isla que mayor dependencia tiene de este mercado, pues el año pasado hasta un 46% de los turistas ingleses se decantaron por tierras chicharreras. El presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal, reconoce que la cuarentena es "una medida muy negativa que causa mucha incertidumbre" y que deja "mermadísima" la capacidad de recuperación del sector. "Esperamos que las condiciones objetivas que tenemos en Canarias se tengan en cuenta y que esta obligación se quite sobre la marcha", explica.

Una rectificación que, por ahora, parece no contemplar el Ejecutivo de Johnson, a tenor de las palabras de su ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, a la cadena británica Sky. "Hemos tomado esta decisión con tanta agilidad como hemos podido y no vamos a pedir perdón por ello", aseguraba ayer Raab, que recordaba que el objetivo inamovible es evitar cualquier posible caso importado que acabara desembocando en una segunda ola de contagios. Aun así, aerolíneas, hoteleros y turoperadores seguirán luchando para que la cuarentena deje fuera a Canarias. El negocio que podrían perder no es baladí. El año pasado, llegaron a las Islas 4,9 millones de turistas de Reino Unido, el 32,7% del total, que facturaron 4.760 millones.