Los bancos de la zona euro cuentan con la capacidad para resistir al estrés causado por la pandemia de Covid-19, aunque en el caso de un significativo agravamiento de la situación varias entidades tendrían que tomar medidas para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital, pero a nivel general el déficit permanecería contenido, según revelan las pruebas de vulnerabilidad a las que el Banco Central Europeo (BCE) ha sometido al sector.

Este examen evaluó cómo el impacto económico causado por el brote de coronavirus afectaría a 86 bancos de la zona del euro y tuvo como objetivo identificar vulnerabilidades potenciales dentro del sector bancario en un horizonte de tres años. "En general, los resultados muestran que el sector bancario de la zona del euro puede soportar el estrés inducido por la pandemia", ha subrayado la institución.

El análisis de vulnerabilidad del BCE se centró en dos escenarios establecidos en las proyecciones macroeconómicas de la institución, publicadas el pasado mes de junio. El escenario central, que es más probable que se materialice según los técnicos del BCE, prevé que el producto interno bruto (PIB) real en la zona del euro disminuya un 8,7% en 2020, con un crecimiento del 5,2% y del 3,3% en 2021 y 2022, respectivamente.

Por su parte, el escenario severo, que representa un desarrollo más adverso, pero aún plausible, de la crisis, prevé una disminución del PIB real del 12,6% en 2020 y un crecimiento del PIB del 3,3% y 3,8% en 2021 y 2022, respectivamente.

Estos escenarios incorporan también el impacto de las medidas de alivio monetario, fiscal y de supervisión tomadas en respuesta a la crisis del coronavirus, incluyendo los planes nacionales de protección laboral, las medidas de apoyo fiscal, avales y las medidas de auxilio operativas por parte de la Supervisión Bancaria del BCE, así como las recientes medidas a escala europea para proporcionar socorro en virtud de algunas de las disposiciones del Reglamento sobre requisitos de capital.

Bajo la hipótesis central, que ya prevé una recesión severa, el índice promedio de capital básico de máxima calidad (CET1) de los bancos, un indicador clave de solidez financiera, se deterioró solo en 1,9 puntos porcentuales., bajando al 12,6% en 2022 desde el 14,5%. "Como resultado, los bancos podrían continuar cumpliendo su función de préstamos a la economía", señala el BCE.

De su lado, en el escenario más severo, el CET1 promedio de los bancos se consumiría en 5,7 puntos porcentuales, hasta el 8,8% en 2022 desde el 14,5%, por lo que el BCE advierte de que "varios bancos tendrían que tomar medidas para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital, aunque el déficit general permanecería contenido".

Los principales impulsores del agotamiento del capital de las entidades serían las exposiciones crediticias deterioradas, las pérdidas por riesgo de mercado y la menor rentabilidad. Como se esperaba, los bancos más rentables experimentaron una disminución menor en sus ratios de CET1, ha indicado la institución.

"Los resultados muestran lo importante que fue que los bancos fortalecieran su posición de capital en los últimos años como resultado de las reformas regulatorias posteriores a la crisis financiera", ha señalado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, quien ha subrayado que la coordinación de políticas y las medidas de apoyo han ayudado ya a mitigar el impacto de la pandemia en la economía.

"Sin embargo, si la situación empeora en la línea del escenario severo, las autoridades deben estar preparadas para implementar medidas adicionales para evitar un desapalancamiento simultáneo por parte de los bancos, lo que podría profundizar la recesión y afectar severamente la calidad de sus activos y capital posiciones", ha advertido.