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Nuevo varapalo al sector turístico

Canarias lanza una "ofensiva" en Reino Unido para retener a su mejor cliente

El Ejecutivo regional promueve una campaña de promoción en el mercado británico para contrarrestar los efectos de la cuarentena impuesta por el Gobierno de Johnson

Un par de turistas en Maspalomas días después de decretarse el estado de alerta sanitaria. JUAN CASTRO

Canarias se lanza al mercado británico para atar a su mejor cliente. La Consejería de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno del Ejecutivo regional, en manos d Yaiza Castilla, quiere reforzar el posicionamiento del Archipiélago como destino favorito de millones de británicos mediante una campaña "táctica y de contexto" tras el varapalo recibido por parte del Gobierno británico. El Ejecutivo de Boris Johnson desaconsejó los viajes a Canarias el pasado lunes, dos días después de que decidiera someter a una cuarentena de dos semanas a los viajeros procedentes de cualquier punto de España. Esta medida ha supuesto un duro golpe para la industria turística de las Islas y para todos los sectores que se nutren de ella, sobre todo si se tiene en cuenta que las restricciones impuestas desde el número 10 de Downing Street se impusieron en medio de la paulatina reactivación turística del Archipiélago tras el parón al que obligó la irrupción de la pandemia del coronavirus.

La decisión de Reino Unido causó un efecto inmediato. Jet2 y TUI, dos de las compañías que conectaban las islas británicas con las canarias, retiraron del mercado las 22.000 plazas semanales que ofertaban con la región, una decisión que han ido prorrogando a la espera de que Londres levante el veto. Esta caída de la conectividad frustró las expectativas de cerrar el mes de julio con un 48% de la capacidad aérea de la misma fecha del ejercicio anterior. Pese a que el Gobierno español intensificó el contacto con el Ejecutivo británico para buscar una salida a esta situación, las negociaciones no han dado sus frutos, si bien se espera que el día 10 de este mes se puedan retomar las conexiones.

Reino Unido es el principal mercado emisor de turistas. El pasado ejercicio aportó 4,94 millones de visitantes, un 32,69% del total, lo que se tradujo, en términos de facturación, en 4.760 millones de euros. El peso del turismo británico por islas oscila desde el 48,28% y 39,14% de Lanzarote y Tenerife al 25,45%, 18,13% y 10,40% de Fuerteventura, Gran Canaria y La Palma.

El gasto diario medio de los turistas británicos, cuya estancia alcanza los 8,46 días, es de 141,3 euros; 2, 4 euros más que el conjunto de visitantes. El clima, la seguridad, la oferta alojativa y el precio son las principales motivaciones de los compatriotas de Johnson para elegir Canarias como destino vacacional, según el perfil del turista de Reino Unido elaborado por Promotur para 2019. El 41,2% de los británicos contrata todo incluido, pero quienes deciden pasar tiempo fuera de los establecimientos lo hace durante seis horas y media. La fidelidad del turista británico es una baza a explotar por el Archipiélago. No en vano, ocho de cada diez visitantes del Reino Unido son repetidores.

Castilla asegura en un comunicado que la acción promocional lanzada ayer por el Gobierno se trata de una campaña "a modo de ofensiva en un momento en el que estamos sufriendo injustamente un nuevo revés en nuestra actividad turística por la decisión del Gobierno británico de exigir una cuarentena a sus ciudadanos cuando regresan de España, sin distinguir regiones". Canarias presenta una tasa de contagios de 5,8 personas por cada 100.000 habitantes frente a los 13,9 de Reino Unido. Castilla recalca, además, que el Archipiélago es una región ultraperiférica alejada del continente por más de 2.000 kilómetros.

La Consejería trabaja para evitar que los daños ocasionados por el veto de Johnson sean los menores posibles, habida cuenta de que en juego está el 10% del PIB canario. Antes del revés británico, el Archipiélago contaba con unos 250 vuelos semanales con Reino Unido, lo que se traducía en unas 50.000 plazas cada semana. Ryanair, EasyJet, y Wizzair, con 75, 32 y 9 vuelos semanales cada una, han mantenido las conexiones con Canarias. No así TUI y Jet2, que han decidido retirarse y centrarse de momento en otros mercados hasta que Johnson dé su brazo a torcer. Y es que no solo en Canarias y en el resto de España -sobre todo las regiones más dependientes del turismo- reclaman al Gobierno británico que retroceda en sus medidas por el fuerte impacto que generan, sino que también la industria turística británica ha forjado un frente común para presionar al Ejecutivo de Reino por el alto daño que provoca la imposición de cuarentenas a los viajeros.

Los turoperadores han asegurado al sector turístico de las Islas que tienen previsto retomar la actividad con las Islas a partir del 10 de agosto, una fecha que también maneja el Gobierno canario pero que está a expensas de que Londres levante las restricciones. Con la expectativa de que esta situación se encauce lo antes posible, Promotur, la empresa pública adscrita a la Consejería de Turismo, ha optado por apostar por una estrategia de continuidad en la comunicación con el mercado británico para apelar a la proximidad del destino y a los lazos que unen a ambos territorios.

Los hoteleros, por su parte, insisten en la necesidad de establecer un sistema de control y seguridad común en la Unión Europa (UE) para evitar mayores daños al sector. El presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) y a su vez líder de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Jorge Marichal, instó ayer al presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, a exigir y presionar a Bruselas para que se establezca de forma única un control activo de pruebas Covid-19 para los turistas en origen y destino si no quiere darse por perdido el año turístico. En una nota de prensa recuerda que esta petición viene formulándola la patronal desde hace tres meses y, si bien su aplicación ya llegaría tarde, se trata de una medida que entiende necesaria para poder solventar la falta de confianza que existe actualmente en el mercado turístico español.

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