Las familias y las empresas canarias deben prepararse para un trienio negro en la economía. Lejos de las optimistas previsiones de quienes aún hoy se atreven a pronosticar una recuperación en forma de uve, es decir, una recuperación tan inmediata e intensa como lo ha sido el hundimiento de la actividad por culpa del coronavirus, los empresarios de la región tienen claro que recuperar el pulso económico llevará tiempo. ¿Cuánto? "Con suerte", según subrayó ayer el presidente de CEOE-Tenerife, José Carlos Francisco, serán solo tres años.

El máximo representante de la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife calificó de "tontería" y de mera "ilusión" el vaticinio de una recuperación en uve; la "salida" de la crisis, puntualizó, "será lenta". No será así hasta 2023 cuando la economía de la Comunidad Autónoma haya recuperado el ritmo y las cifras del año pasado, y eso siempre y cuando pueda estar administrándose una vacuna efectiva contra la Covid-19 ya en 2021. "Con suerte en 2023", insistió el dirigente de la CEOE, que hizo hincapié en que la caída de la actividad económica "ha sido tan profunda" que de ninguna de las maneras puede pensarse en un rápido restablecimiento.

Aunque el Gobierno de Canarias está convencido de ser capaz de salir de 2020 sin aumentar la deuda pública de la Comunidad Autónoma (siempre que, entre otras cosas, reciba los 500 millones que le debe el Estado por los recortes del convenio de carreteras), Francisco puso también énfasis en que el endeudamiento se incrementará "muchísimo" en el conjunto de la Administración pública. En consecuencia, y más allá de que la recuperación se produzca antes o después, los efectos de la "gran crisis" en las finanzas de ayuntamientos, cabildos y Gobiernos nacional y regional se prolongarán durante mucho más tiempo.

Paro real

El director de Consultoría de Corporación 5, José Miguel González, que fue el encargado de dar a conocer el informe de coyuntura del segundo trimestre, se detuvo especialmente en las consecuencias de la pandemia en el mercado laboral. El ex director general de Trabajo del Gobierno de Canarias, cargo que ocupó durante la pasada legislatura, apuntó que la tasa de paro real llega en el Archipiélago al 36,45%, porcentaje que incluye a quienes están en suspensión de contrato en el marco de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Este colectivo, que en Canarias integran 156.121 trabajadores, no cuenta entre los parados en la estadística oficial aunque se trata de personas que de facto están paradas. Que finalmente se reincorporen a sus puestos o que engruesen definitivamente la lista de desempleados depende en primera instancia de que los ERTE por fuerza mayor se prolonguen en las Islas después del 30 de septiembre y, en segunda instancia, de que la economía tenga el dinamismo suficiente para que los ERTE no se conviertan en ERE. Esto es, en expedientes de regulación de empleo que conlleven el despido de trabajadores.

El presidente de CEOE-Tenerife precisó que tanto el mantenimiento de los ERTE como las restantes medidas paliativas son necesarias para seguir "mal", porque de lo contrario, se pasará a estar "muy muy mal". En lo estrictamente tocante al empleo, la patronal entiende que la inversión en políticas activas debe garantizar un "alto nivel de exigencia" en términos de formación y capacitación.