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El hundimiento del turismo condena al cierre a 450 agencias de viajes en las Islas

La patronal del sector calcula que un 60% de los locales echará el candado si los ERTE no se prolongan

El hundimiento del turismo condena al cierre a 450 agencias de viajes en las Islas

El hundimiento del negocio turístico por la pandemia de coronavirus aboca a unas 450 agencias de viajes de Canarias a bajar la persiana para siempre. Se trata fundamentalmente de pequeñas y medianas empresas sin suficiente músculo financiero para superar una caída tan drástica de la actividad y de los ingresos. Muchas de estas pymes no han cobrado todo o parte del dinero que les deben los hoteles y las aerolíneas, una suma que asciende en todo el país a alrededor de 20 millones de euros, según los cálculos de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), que avisa de que más de la mitad de estos negocios no sobrevivirá a la crisis de la Covid-19 si no se prolongan los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor. E incluso en el caso de que los ERTE se mantengan más allá del 30 de septiembre (el Gobierno central aprobó una disposición adicional en la que deja la puerta abierta a esta posibilidad para el caso concreto de Canarias) está por ver si es suficiente para salvar a estas empresas.

A fecha del último 31 de diciembre, según los datos del Directorio Central de Empresas (Dirce) del Instituto Nacional de Estadística, en Canarias había un total de 747 locales comerciales de agencias de viajes. Nunca hubo tantos negocios de este tipo en el Archipiélago, lo que podría sorprender a tenor del auge de las agencias on line, las conocidas en el mundillo turístico como OTAS por sus siglas en inglés. Sin embargo, lo cierto es que las OTAS, con Expedia y sobre todo Booking como principales exponentes, no han impedido la proliferación de las agencias de viajes físicas, esto es, el clásico local con el escaparate lleno de ofertas para viajar a Londres, Bruselas o Helsinki al mejor precio imaginable. Los datos oficiales evidencian así que estas empresas han sabido convivir con las grandes multinacionales tecnológicas, una amenaza que resulta irrisoria en comparación con la del coronavirus. De hecho, la patronal del sector calcula que el parón del turismo por la pandemia condena al cierre al 60% de esas 747 empresas, es decir, a seis de cada diez. Dicho de otro modo: son exactamente 448 las agencias de viajes que penden de un hilo en la Comunidad Autónoma.

Para hacerse una idea de la importancia de este eslabón de la cadena turística basta con apuntar que en torno a un 60% de los viajeros que cada año visitan el Archipiélago es resultado de la labor de las agencias. Así pues, de los 15 millones de turistas que al cabo del año visitan las Islas (o las visitaban antes de la irrupción de la Covid-19), aproximadamente nueve millones son captados por las agencias de viajes. Es más, alrededor de un 40%, según detalló el vicepresidente ejecutivo de la CEAV, Rafael Gallego, son clientes de pymes, de pequeñas y medianas empresas en las que el propietario y sus trabajadores "se van con sus maletas a negociar y vender viajes, excursiones o los tickets de los parques temáticos". Y ello, ahondó Gallego, a pesar de que la comisión que se llevan es sensiblemente más pequeña que la que cobran las OTAS. "Mientras que los hoteleros le pagan a Booking un 30% de comisión, a las agencias de viajes no llega ni al 15%", aseguró.

Sin liquidez

El representante de la confederación empresarial insistió, además, en la deuda que hoteles y aerolíneas mantienen con estos negocios, que es la razón principal, argumentó, de que las agencias no tengan liquidez para devolver el dinero a quienes tenían preparado un viaje que no han podido hacer por culpa del coronavirus.

La desaparición de ese casi medio millar de empresas supondría para la economía regional la pérdida de un negocio de algo más de mil millones de euros. Así se desprende del último análisis de Informa D&B sobre el sector de las agencias de viajes y los turoperadores. Este trabajo, publicado en octubre del año pasado, calcula que las agencias de viajes radicadas en el Archipiélago facturan o facturaban antes de la crisis un total de algo más de 2.000 millones anuales, exactamente 2.009,6 millones de euros en 2017. Más de la mitad de esa cuantía está ahora amenazada por la paralización de la actividad. Aunque la patronal no dispone de datos por autonomías, en todo el país están en riesgo unos 15.000 empleos.

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