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Entrevista | Enrique Marazuela

"Descartamos una crisis estructural en el turismo, Europa necesita destinos como Canarias"

"El acuerdo de la UE es un avance importantísimo en la construcción del proyecto común", indica el director de Inversiones de Banca Privada de BBVA

El director de Inversiones de Banca Privada de BBVA España, Enrique Marazuela, en la sede central de la entidad financiera. LP/DLP

Los mercados anticiparon el tamaño del golpe por la pandemia y ahora parecen casi ajenos al momento del problema. ¿No tienen miedo a los rebrotes?

El buen indicador del estado de los mercados no es el Ibex, somos apenas el 1,5% de la economía mundial, sino los grandes como puede ser el Standard & Poor's, que ya está en rendimientos positivos. El índice tecnológico sube un 25% en lo que va de año. Esas son referencias que marcan el sentimiento global.

¿Y cómo hemos llegado a ello?

Cuando apareció el coronavirus en China, los mercados fueron escépticos. No iban bien pero tampoco se desplomaron. Sí lo hicieron cuando el problema saltó a Italia. Entendieron que a diferencia de otras pandemias, que todos dimos por controladas por sus síntomas evidentes, en esta el nivel de propagación podía ser mayor. El mercado apostó por que podía convertirse en una pandemia global y grave, y perdieron casi un 35%. Estuvieron acertados. Desde mediados de marzo hasta ahora la tendencia es ascendente y ya no se han visto esos desplomes, hay caídas, pero dentro de lo que es el funcionamiento normal.

¿Por qué esa evolución? ¿Qué descuentan los mercados?

En un principio se fijaron en que se trataba de un virus nuevo y altamente contagioso para el que no hay vacuna. Además, el comportamiento de los contagios en Asia generó la duda de cómo iba a enfrentar el problema Europa. La respuesta de todos los países fue buena. Todo este rebote actual responde a ello, no estamos en el absoluto desconocimiento de la situación, sino que se está apostando por que sí puede haber, si no control, sí contención.

Pero en toda esta ecuación sigue sin aparecer la posibilidad de un nuevo confinamiento. Volviendo al principio, ¿lo obvian los mercados?

No lo tienen en cuenta. No somos epidemiólogos, pero sí leemos y el sentimiento del mercado es que entiende que hay medidas de contención. Desde que salimos del confinamiento hasta hoy, tenemos que asumir que vamos a tener más contagios. La mejor manera de evitarlo es el confinamiento, pero económicamente es inviable cronificarlo, hay que asumir ciertos riesgos. Sabemos que tenemos una manera menos radical de evitar contagios, llámese higiene de manos, mascarilla, que es un milagro que Trump se la haya puesto, y distancia social. Por tanto, no se está descontando un segundo confinamiento ante la posibilidad de propagación.

Con todo esto, ¿dónde ha quedado aquello de subir los tipos?

No lo vamos a ver hasta que termine 2022 al menos. El impacto económico ha sido muy importante. Todos estos paquetes de ayudas aprobados por la Unión Europea y Estados Unidos nos parece que son tempranos, adecuados y enfocados, pero aunque son condiciones necesarias, no son suficientes. Hay que coadyuvar esas medidas de política fiscal con otras de índole monetaria y eso significa que los bancos centrales mantengan muy bajos los tipos de interés y no solo actuar en esta vía de precios, sino que también se preocupen por que haya abundancia de liquidez. Esa va a ser la nota hasta 2022 y no quiero ir mucho más allá, porque la calidad de las previsiones económicas caería de manera exponencial.

Con lo que el dinero depositado en los bancos seguirá sin aportar rentabilidad. ¿Qué hacer con esos ahorros para obtener beneficio sin jugártela?

Lo primero es no caer en la desesperanza y tener claro el perfil de riesgo, que nunca viene determinado por los mercados, sino por tus circunstancias personales. En segundo, fijarse metas en el medio y largo plazo. A partir de ahí, hay que atender al nivel de riesgo de los activos y no a la rentabilidad que están ofreciendo.

¿Eso significa que hoy no hay oportunidades?

Ni mucho menos, claro que las hay. Por ejemplo, la renta fija corporativa, los bonos privados, sobre todo los de mayor calidad crediticia. Los high yields, esos que llamamos bonos basura, no nos parecen mala opción, pero en un momento con grandes incertidumbres preferimos ser un poco más cautos. Me refiero a apostar por los que tienen triple B o una calificación superior. Ofrecen una rentabilidad superior a la deuda pública y suficiente para compensar el riesgo que implican.

¿Pasó el tiempo de apostar por la deuda de los emergentes?

En absoluto. Esa es otra oportunidad en el momento presente. La primera parte del XXI es el gran siglo de Asia y no solo de China, porque lo de Corea ha sido brutal en los últimos 40 años. Hablando el otro día con el servicio de estudios (BBVA Research), nos sorprendíamos por la bondad de los datos de Vietnam. Nos parecen muy interesantes los bonos en países emergentes.

¿Y a medio plazo qué?

Si diversificas bien la cartera, la renta variable no es mala opción. Bonos corporativos de grado de inversión, bonos emergentes y renta variable, esa es la apuesta.

Definía el paquete de ayudas de la UE como oportuno, ¿pero quién paga esto?

El contribuyente europeo. Los mercados lo han valorado de manera muy positiva. La cotización del euro frente al dólar ha crecido con fuerza. Desde que Francia y Alemania anunciaron ese fondo de reconstrucción de medio billón de euros hasta lo aprobado finalmente, se ha descontado muy positivamente por parte de los mercados. El acuerdo es positivo, apuesta por una economía más sostenible, por avanzar hacia la digitalización y por unas políticas públicas bien enfocadas. El tramo de 390.000 millones de euros son ayudas directas y el resto, hasta los 750.000 son préstamos.

¿Clave la mutualización?

Claro, el conjunto de la suma va a figurar como deuda de la UE. Es el primer paso a esos coronabonos, eurobonos o como se quiera llamar. Es un avance importantísimo en la construcción del proyecto común europeo.

¿Es eso lo que refleja la, al menos en apariencia, muy baja prima de riesgo española?

Siempre entendimos que debía estar por encima, porque al final lo que está comparando es la calidad crediticia alemana frente a la española. Ahora ya tenemos por encima de esto una realidad potente como es ese acuerdo europeo. Van a venir 140.000 millones de euros, que es más del 10% del PIB español. Para conformar la prima de riesgo, ya no solo están las circunstancias actuales de nuestro país, sino las posibilidades que abre la llegada de ese dinero.

¿A los mercados les gusta la condicionalidad de los frugales?frugales

Esa es la otra parte para entender el nivel de la prima de riesgo. Las políticas económicas de los países, especialmente los receptores, tendrán que ser prudentes.

¿Hay que estar loco para invertir ahora en turismo? ¿Se vislumbra la recuperación de una velocidad de crucero?

El sector turístico español es estructuralmente muy potente. Vamos a una sociedad que cada vez va a valorar más el ocio. Se está incorporando un grupo de consumidores que antes no existía, integrado por los países que estaban bajo la influencia soviética, y especialmente en Canarias. Aumentan sus rentas y si vamos a Polonia, por ejemplo, en enero, miremos las sensaciones que tenemos. Necesitan destinos como este. No vemos, ni mucho menos, una crisis estructural del sector turístico; al revés, lo vemos reforzándose por el incremento de demandantes.

Difícil de ver ahora.

Evidentemente la coyuntura -prudencia, distancia social...- provoca que estemos en un annus horribilis. No sé qué tendrá de cierto, porque a veces estas cosas me parecen un brindis al sol, pero los mercados de renta variable descuentan la aparición de una vacuna o un remedio en la primera parte de 2021. De ser así, los ciudadanos se lanzarían de nuevo a viajar. Insisto, la necesidad de hacerlo sigue ahí y cada vez más europeos saben que el sector turístico español, especialmente el canario, los está esperando.

¿Y si no llega esa vacuna?

Siempre llegará, será mejor cuanto antes lo haga. Habría que ser muy pesimista para pensar que la pandemia ha venido para quedarse siempre, la humanidad lo superará. Desde que lo haga, volvemos a la casilla de salida y tendremos un año turístico fantástico, como lo fue 2019.

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