El producto interior bruto francés (PIB) cayó un 13,8 % en el segundo trimestre, tras un retroceso del 5,9 % en el primero, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INSEE), que confirmó sus previsiones de julio.

Ese descenso ratificado en su informe de coyuntura es el mayor de la economía francesa desde que empezó la serie histórica en 1949.

El INSEE precisó que la evolución negativa del PIB está vinculada con el freno de las actividades no esenciales en el marco del confinamiento aplicado en Francia entre mediados de marzo y principios de mayo debido a la pandemia.

El bajón es menos profundo de lo anticipado por ese mismo instituto estadístico a mediados de junio, cuando previó un hundimiento del 17 % en este segundo trimestre y una caída del 5,3 % de enero a marzo.

La caída del 13,8 % coincide con la publicada este miércoles por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un porcentaje que en las siete principales economías del mundo colocó a Francia solo por detrás de Reino Unido, que se hundió un 20,4 %.

Uno de los factores que más pesaron en el descenso fue el consumo de los hogares (-11,5 %), con una caída más pronunciada en los servicios (-15,4 %) que en los bienes (-14,3 %). Para estos últimos se había contemplado en julio un descenso del 7,1 %.

Los gastos alimentarios limitaron su caída al 0,5 %, tras haber aumentado un 2,8 % entre enero y marzo, y los de energía cayeron hasta el 11,7 %, tras retroceder un 3,7 % en el primer trimestre, añadió el INSEE.

En la producción la contracción global fue del 13,9 %, especialmente marcada en la construcción (-20,3 %) y menos pronunciada en la de bienes (-16,7 %), mientras que en materia de comercio exterior las exportaciones se desplomaron un 25 %, cinco décimas menos que lo avanzado en julio.