La crisis de confianza en Europa derivada de los problemas para rescatar a Grecia y la amenaza de la suspensión de pagos de EEUU provocaron que la bolsa española bajase un 7,04% este mes, que se convierte en el peor julio desde 2002, cuando WorldCom se declaró en bancarrota lastrando los mercados.

Las pérdidas mensuales, que fueron además las más cuantiosas desde el pasado noviembre, hicieron que el selectivo más representativo del mercado español, el IBEX 35, consumiera las ganancias acumuladas en los meses anteriores y pierda ya el 2,32 % desde que arrancó el año.

Tras el batacazo de julio, el IBEX 35 ha pasado de 10.359,9 puntos a 9.630,70 unidades, lo que le coloca cerca de sus mínimos anuales (9.347,8 puntos), que se tocaron precisamente el día 18.

Todos los índices europeos cerraron julio con pérdidas, del 8,68 % en el caso del FTSE MIB italiano; del 7,77 % en el caso del CAC 40 francés; del 2,95 % para el DAX alemán y del 2,19 % para el FTSE 100 británico.

La bolsa española fue en julio un fiel reflejo del rápido contagio que puede provocar la desconfianza en las situaciones de cada estado de la Unión Europea.

Así, la tensión por la rebaja en la nota de solvencia de Portugal e Irlanda tuvo su oportuno reflejo en los mercados de otros países, como Italia y España, que están en el punto de mira de los inversores por sus problemas internos para encauzar sus finanzas públicas.

No obstante, la falta de capacidad de Grecia para atender los vencimientos de su deuda después del verano fue lo que desató la nueva crisis de Europa, donde los principales líderes tardaron hasta el día 22 en cerrar un plan de rescate que aunara los requisitos exigidos por todas las partes.

La participación "voluntaria" de los acreedores en ese plan de rescate no gustó a las agencias de medición de riesgo, que consideraron que se trata de un impago selectivo y rebajaron las calificaciones de Grecia hasta dejarlas a un paso de lo que se considera insolvencia.

El contagio a otros países periféricos -especialmente Italia y España- se vio agravado por la tensión generada por la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para elevar el límite de endeudamiento de EEUU.

En medio de todas esas tensiones se conocieron las pruebas de solvencia de la banca europea, que fueron pasadas por alto por los inversores ante otros problemas más graves, como la falta de credibilidad que muestran los políticos que rigen las grandes economías mundiales.

Tampoco tuvo un impacto directo la intervención en España de la Caja del Mediterráneo (CAM), que es la tercera que acordó el Banco de España desde que estalló la crisis, tras Caja Castilla La Mancha y Cajasur.

La incertidumbre presente en los mercados no fue óbice para que en España salieran a bolsa dos uniones de cajas, Bankia y Banca Cívica, que cerraron el mes de julio por debajo de sus precios de estreno bursátil.

Las mayores pérdidas del IBEX 35 correspondieron a Caixabank, que sustituyó en bolsa a Criteria, y que salda el mes de julio con un descenso del 16,08 %, seguida de Ebro Foods, con una bajada del 13,76 %.

En cambio, Mediaset lideró los avances del selectivo (con una subida del 16,45 %), en un mes en el que presentó unos resultados que gustaron a los expertos.

Los grandes valores de la Bolsa española, que también dieron a conocer sus cuentas semestrales, registraron números rojos, aunque inferiores a los del indicador IBEX 35.

Repsol fue el más beneficiado al bajar el 5,04 %, mientras que Telefónica retrocedió el 5,81 %; Santander, el 6,03 % y BBVA, el 6,92 %.