El Tesoro español adjudicó hoy 4.448,44 millones de euros en letras a doce y dieciocho meses y tuvo que subir en cerca de un punto porcentual el interés de ambas denominaciones, hasta niveles de 2008 y 2002, respectivamente.

Así, se adjudicaron 3.787,55 millones de euros en letras a un año con un interés marginal del 3,760 %, el más alto desde 2008 y más de un punto porcentual por encima del aplicado en la anterior emisión de esta denominación, que se cerró en junio con una rentabilidad del 2,728 %.

La colocación de letras a un año y medio se ha saldado con la adjudicación de 660,88 millones con un interés marginal del 3,980 %, rozando el 4 %, que no supera desde el año 2002.

En la anterior emisión a este plazo, las letras a 18 meses se adjudicaron al 3,299 %.

El ratio de cobertura, que es la proporción entre la demanda y el importe adjudicado, confirma una vez más el interés de los inversores por la deuda soberana española, ya que la demanda de las entidades ha rozado los 11.900 millones de euros, casi el triple que los 4.448 millones adjudicados.

De este modo, el importe colocado cubre con creces el objetivo máximo de la emisión, que oscilaba entre 3.500 y 4.500 millones de euros.

La subida de la rentabilidad ha pesado menos en el ánimo de los inversores que la fortísima demanda, lo que tenía un efecto inmediato en la prima de riesgo de España, que se mide con el sobrecoste que los inversores exigen para comprar bonos españoles en vez de alemanes.

Tras comenzar la sesión en máximos -que alcanzó la víspera al cierre- con 366 puntos básicos, el diferencial entre el bono hispano a diez años y el alemán del mismo plazo caía por debajo de 350 y se situaba minutos después de la emisión del Tesoro en 345 puntos básicos.

También la renta variable respondía de forma positiva a la emisión de deuda, ya que la bolsa española se revalorizaba cerca del 2 % tras la subasta y su principal indicador, el IBEX 35, lograba superar los 9.500 puntos.