La agencia Fitch rebajó hoy la calificación de seis grandes bancos portugueses, como repercusión de su decisión de recortar la nota que asigna al Estado luso.

El anunció de Fitch se produce después de que otra agencia de calificación de riesgo, Standard & Poor's, bajó la semana pasada la nota a varias instituciones financieras del país.

Así, Fitch recortó hasta "BBB-" con perspectiva negativa la calificación que asigna a la emisión de deuda a largo plazo de la estatal Caixa Geral de Depositos (CGD) y del Banco Comercial Portugués (BCP), ambos con la nota "BBB+" hasta hoy, así como la del Banco Portugués de Inversión (BPI), que tenía "A-".

Asimismo, rebajó hasta "BB" (nivel de "bono basura") los títulos a largo plazo del Banco Internacional de Funchal (Banif) y el Montepio Geral, que contaban hasta ahora con "BBB-" y "BBB+", respectivamente.

Además, la agencia recortó la nota del Santander Totta, filial de la entidad española Banco Santander, que pasó del "B/C" hasta "C".

Los analistas de Fitch detallaron que el corte refleja que la presión sobre los bancos lusos "continuará" y calcula que estas instituciones se verán obligadas a solicitar apoyo al Banco Central Europeo para cubrir sus necesidades de refinanciación a corto y medio plazo.

La semana pasada, Standard & Poor's (S&P) colocó también en "BBB-", a un paso del "bono basura", las calificaciones a largo plazo que asigna a la Caixa Geral de Depositos (CGD), el Banco Portugués de Inversión (BPI), el Banco Espirito Santo (BES) y el Santander Totta.

S&P y Fitch han situado en la última semana la nota soberana lusa en "BBB-", debido a la creciente incertidumbre política, económica y presupuestaria generada después de la dimisión del Gobierno socialista el pasado 23 de marzo a causa del rechazo en el Parlamento de su último plan de austeridad.

Otra agencia de medición de riesgos, Moody's, rebajó hoy la deuda soberana portuguesa a "Baa1", lo que implica calidad aceptable y "cierta sensibilidad" a un entorno adverso.