Canarias tiene hoteles que, por iniciativa propia o con ayuda del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), han apostado por la eficiencia energética para ganarse la fidelidad del turista verde, lo que también les reporta ahorros de hasta un millón de euros en su factura eléctrica.

Esta "oportunidad para competir" en un sector necesitado de innovación constante "no es una moda", sino una obligación a la que hay que anticiparse porque los turistas alemanes que visitan Canarias "prefieren alojarse en un hotel sostenible aunque sea más caro", según dijo el director de I+D del ITC, Gonzalo Piernavieja.

El responsable del ITC destacó que, aunque queda trabajo por hacer en este ámbito en Canarias, los once establecimientos del Grupo Lopesan, el Hotel Palm Beach de la cadena Seaside y el Hotel Botánico de Puerto de la Cruz, incluido en el selecto grupo de hoteles de lujo "Leading Hotel of the World", con 450 miembros de 80 países, ya alcanzan la excelencia en sostenibilidad.

Eficiencia

El Hotel Botánico, según su director Alirio Pérez, trabaja desde hace 15 años en su sostenibilidad por deseo de su dueño, el alemán Wolfgang Kiessling, fundador del Loro Parque.

Lopesan y el Palm Beach comenzaron en 2006 a aplicar medidas de eficiencia energética promocionadas por el ITC, institución que otorgó entre 2007 y 2009 1,5 millones de euros en ayudas al sector hotelero para estos fines.

Según Piernavieja, ser un hotel sostenible cuesta dinero y es una inversión que no genera ingresos directamente, pero es muy rentable, aunque haya que esperar hasta siete años para ver recompensas.

Sin embargo, no es lo mismo invertir para mejorar en eficacia que en eficiencia, al menos ésta es la experiencia del director de Inversiones y Tecnología del Grupo Lopesan, Pablo Lorenzo, quien explicó el sistema de gestión ambiental impulsado por la cadena hotelera en 2006 a raíz de una auditoría energética, que marcó las pautas a seguir para minimizar costes.

La primera fase de esta estrategia costó 150.000 euros y consistió en mejorar la eficacia eliminando pérdidas de agua, separando contadores o ajustando el mantenimiento de motores, lo que en sólo un año permitió ahorrar unos 400.000 euros al reducir en más de un cinco por ciento la factura de agua, luz y propano, que suponía el 35 por ciento de los gastos generales.

Lopesan destinó seis millones a reducir los consumos en climatización, que suponían el 40% de su factura energética, frente al 15% de la iluminación.