Coches de alta gama, limusinas, amplios microbuses sin límite para equipaje (incluidas bicicletas, tablas de surf, palos de golf), servicio personalizado, dominio del idioma, buen trato, precios inferiores al taxi, confianza, contratación en destino, puntualidad, contratación a través de Internet... Estas son algunas de las bondades que ofrecen las compañías que se dedican al transfer o shuttle.

Cándido Pérez lleva más de 32 años dedicado al transporte de pasajeros en todas sus versiones. Ha sido y es taxista, guagüero y empresario; "si me tengo que echar a la calle con el taxi no se me caen los anillos", afirma el propietario de Transportes Cándido. Ha sido monaguillo antes que fraile. Su empresa opera en casi todas las islas y dispone de una amplia flota de microbuses, coches y limusinas. "Nosotros no le quitamos trabajo a nadie, tenemos nuestra actividad perfectamente reglada", asegura Pérez en referencia a las acusaciones que reciben por parte del sector del taxi, "todos los que nos dedicamos a esto hemos sido antes taxistas, conocemos el negocio y damos servicios que ellos no pueden ofrecer".

Cándido Pérez trabaja fundamentalmente con agencias y turoperadores, "no cobramos por persona, sino por vehículo". Los precios varían en función del transporte: un micro cuesta entre 40 y 50 euros (depende de la capacidad y del destino); un coche, similar a un taxi, 35 euros; y 50 una limusina.

Contrario a la limitación

Pérez no entiende la solicitud de los taxistas de limitar a seis el número mínimo de pasajeros que ha de llevar una guagua o un micro, "si a mí me piden un servicio en el aeropuerto para 20 personas, y resulta que 20 vienen en un vuelo y 4 en otro, es lógico que envíe dos micros y que en uno viajen solo cuatro personas. Ese servicio es nuestro, no le estamos quitando nada a nadie".

Frente a los que les acusan de intrusismo, contesta que siempre se ha dedicado a este sector, "y nunca le he fallado a nadie. Somos profesionales del transporte", dice tajante.