El líder de la oposición conservadora griega, Antonis Samaras, ha reiterado este jueves que votará en contra del plan de ajuste y privatizaciones por valor de 26.000 millones de euros pactado por el Gobierno de Atenas con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), desoyendo así el llamamiento de los líderes europeos a la unidad nacional para evitar la quiebra de Grecia.

"Me están pidiendo que apoye una medicina para alguien que está muriendo por culpa de esa misma medicina. No lo haré", ha dicho Samaras en una entrevista con el periódico Financial Times.

En su opinión, sería "antigriego" y "antieuropeo" persistir con medidas que ni siquiera están generando suficientes ingresos para rebajar el déficit público.

El líder conservador griego ha dicho que su principal objeción a las políticas del Gobierno es que están ahogando la demanda al incrementar la presión fiscal mientras Grecia se encuentra todavía en recesión. Ello agrava los problemas de paro y recortes salariales y provoca que más empresas cierren, evadan impuestos o abandonen el país.

"La liquidez es el principal problema de la economía. Imagine lo que ocurre en la economía real cuando no hay consumo privado, ni gasto público ni inversión extranjera directa. Todo cierra. Hay una fuga de cerebros y la gente formada abandona el país", ha lamentado Samaras.

A su juicio, Grecia debería bajar el IVA, el impuesto de sociedades y las cotizaciones sociales para estimular la economía.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha dejado claro esta semana que "no hay alternativa" ni "plan B" al programa de ajuste que se someterá a votación en el parlamento griego la semana que viene. Barroso ha dicho que la UE y el FMI no van a apoyar ningún plan alternativo. La aprobación de este ajuste es la condición que exige Bruselas para desbloquear la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros que Atenas necesita para no suspender pagos en verano.