La Seguridad Social tuvo un superávit de 8.152,68 millones de euros hasta mayo, lo que supone un 13,07 % menos con respecto a los cinco primeros meses de 2010, según el Ministerio de Trabajo e Inmigración.

Este superávit, que representa el 0,75 % del producto interior bruto (PIB), fue resultado de unos ingresos de 50.769,98 millones de euros, que disminuyeron el 0,49 %, frente a unos gastos de 42.617,30 millones de euros, que aumentaron el 2,34 %.

Del total del gasto no financiero de la Seguridad Social, el 92,68 %, 39.496,84 millones de euros, fue por prestaciones económicas a familias e instituciones y, dentro de este concepto, la mayor partida, 38.052,66 millones, correspondió a pensiones y prestaciones contributivas, que crecieron el 3,96 % en un año.

La disminución del superávit hasta mayo se produce después de que en el primer trimestre aumentara el 2,44 % respecto al mismo periodo de 2010, lo que supuso la primera subida desde septiembre de 2008.

Ante estos datos, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, destacó la consolidación y "solidez" de la Seguridad Social "al seguir manteniendo superávit en el cuarto año de crisis económica", y lanzó un mensaje de confianza tanto para los actuales pensionistas como para los del futuro.

Dijo que las pensiones, prestaciones fundamentales del sistema, crecen a un ritmo de entre el 4 % y el 5 % pese a que también aumentan las prestaciones familiares, "fruto de la crisis que obliga a pagar más a las familias que tienen menos ingresos".

Granado también apuntó el descenso de otras partidas como las debidas a la morosidad que -en su opinión- "se mantiene en unos niveles aceptables".

Para las pensiones (invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y en favor de familiares) se destinaron 35.270,60 millones, un 5,06 % más que el año pasado.

Las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo se elevaron hasta 947,20 millones de euros, un 1,23 % más, mientras que para incapacidad temporal el gasto fue de 1.614,48 millones, el 13,71 % menos.

En cuanto a las pensiones y prestaciones no contributivas, el gasto descendió el 1,46 %, con 1.444,18 millones, de los que 606,74 millones (el 4,36 % más) fue para prestaciones familiares.

Los gastos de gestión bajaron el 3,28 % y el 12,65 % los de inversiones, al tiempo que también disminuyeron el 1,19 % los gastos corrientes, pese a que la Seguridad Social destacó el aumento del capítulo destinado al IMSERSO, al que se dirigieron 47,64 millones más que el año pasado.

Según Trabajo, los gastos pendientes de imputación presupuestaria se situaron en torno a los 1.000 millones de euros, lo que implica una disminución del superávit registrado hasta mayo.

En términos de caja, la recaudación líquida de la Seguridad Social fue de 48.120,88 millones, un 2,02 % memos respecto al año anterior, mientras que los pagos aumentaron el 2,81 % hasta los 42.356,33 millones.

Del total de ingresos, el 91,25 % correspondió a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y el 8,75 % a las Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

De los gastos, el 93,92 % se reconoció por las entidades gestoras y el 6,08 % por las mutuas.

En el capítulo de ingresos, las cotizaciones sociales ascendieron a 43.621,38 millones, el 1,08 % menos, debido al descenso del 8,41 % de la cotización de los desempleados, mientras que la de los ocupados sólo bajó el 0,19 %.

La Seguridad Social prevé ingresar este año 110.447,12 millones por cotizaciones sociales, de tal forma que los ingresos por este concepto hasta mayo representan el 39,50 % de lo previsto para el ejercicio.