El presidente de Paradores, la única red hotelera pública que existe en el mundo, inició ayer en Cruz de Tejeda una gira por Canarias para visitar sus cinco establecimientos.

- ¿Qué tiene de distinto el Parador de Gran Canaria?

- El establecimiento de Tejeda es el último que hemos remodelado tras muchos años cerrado y lo que se ha hecho define el plan estratégico para los próximos años. Es un Parador que se constituye en un ejemplo del siglo XXI, adaptado en un edificio magnífico en el que se ha innovado en tecnologías, que se le ha hecho sostenible y al que se ha dotado de mayor capacidad de negocio, ofertando salas de convenciones, reuniones e incluso eventos familiares.

- ¿Ha cumplido con las expectativas formuladas hace dos años en su inauguración?

- En febrero de 2009 se reabrió y en 2010 la media de ocupación de fue del 46 por ciento. Esto supone un 11 por ciento más que en 2009. El año pasado se alojaron 7.000 personas, que es un 22 por ciento más que en 2009. Por ofrecerle otro dato en 2010 facturó más de 1,3 millones de euros, lo que implica que la inversión de 12 millones de euros del Cabildo, Paradores y Gobierno central está dando sus frutos.

- ¿Qué planes tiene la empresa para los cinco establecimientos de Canarias?

- Tenemos que buscar en los paradores canarios una mayor identidad, vertebrarlos para vender mucho más la imagen y los atractivos turísticos de las Islas y no solo dentro de nuestras fronteras. Hay que vender algo más que el sol y la playa. Canarias tiene que vender naturaleza, y un ejemplo es este centro de Tejeda o el de las Cañadas del Teide, al que acude un cliente que quiere vivir otras experiencias. En este sentido hay que potenciar aún más su oferta gastronómica, que representa hasta el 46 por ciento de la facturación, con productos comprados exclusivamente a empresas isleñas, y sobre todo vender una imagen moderna y actual de todo el Archipiélago, en el que damos trabajo directo a 200 familias y que genera una riqueza que repercute en museos, restaurantes y centros de ocio.