El precio medio de la vivienda descendió una media del 4,5% el pasado mes de febrero en comparación con el mismo mes de 2010, con lo que acumula un ajuste del 19,5% desde el inicio de la crisis, según el índice de Tasaciones Inmobiliarias (Tinsa).

La caída del precio de los pisos mantiene así su tendencia en los dos primeros meses de 2011, después de que cerrara el ejercicio anterior con una reducción del 3,9%, dado que en enero se anotó una caída del 5%.

Tinsa considera que el mercado de la vivienda ha superado el efecto que en 2010 le produjeron los cambios fiscales para verse influenciado por nuevos factores "que cobrarán protagonismo en los próximos meses", como son el repunto de la inflación y el incremento de los tipos de interés.

Para la firma de tasación, la inflación, de mantenerse en la actual tasa, podría producir una tendencia plana o de ligero descenso del valor nominal de los inmuebles, "una bajada más acusada del precio de la vivienda en términos reales".

En cuanto a los tipos de interés, considera que, de confirmarse su aumento, se traducirá en un aumento del esfuerzo financiero que las familias realizan para comprar una vivienda, "o sencillamente para continuar pagando el crédito hipotecario".

En cuanto al mes de febrero, los mayores ajustes se localizaron en la Costa Mediterránea, con un descenso del 6,7%, en las áreas metropolitanas, con un recorte del 5,4% y en las capitales y en las grandes ciudades (-5,2%).

Por contra, los descensos más moderados se registraron en Baleares y Canarias, donde la vivienda bajó un leve 0,8% en el segundo mes del año en comparación a un año antes.

En el resto de municipios, la caída de precios de los pisos fue del 3,3% y, por tanto, también inferior a la media nacional.

De esta forma, los ajustes acumulados desde los precios máximos alcanzados antes de la crisis oscilan desde el 27,2% registrado en la Costa Mediterránea hasta el del 16,1% registrado en el resto de municipios.

En las áreas metropolitanas, la vivienda ya se ha abaratado un 20,7%; en las capitales y grandes ciudades, un 20,6%, y en Baleares y Canarias, un 17,5%.