"Ha sido un verano nefasto para el sector aéreo". Con estas palabras resumía ayer el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, la estrepitosa caída de pasajeros en los meses de junio, julio y agosto, cuando volaron solo uno de cada cinco personas que lo hicieron un año antes. Pero las perspectivas para este invierno son todavía "peores" y podrían alcanzar el 70% menos de pasajeros repsecto a 2019.

"Es razonable pensar que esta temporada de invierno los niveles de demanda no estarán por encima del 30%-35% de los niveles del año pasado", expuso Gándara. En septiembre y octubre la oferta de vuelos rondará el 40% de lo habitual. Más allá de octubre la visibilidad es "muy limitada", según Gándara, "porque el entorno está cambiando continuamente". En parte debido a las restricciones a viajar u obligaciones de cuarentena de los distintos gobiernos que hacen mella en la confianza de los consumidores.

Por ello, desde la asociación reclaman la extensión de los ERTE hasta la Semana Santa de 2021, facilitar la liquidez para garantizar la superviviencia de las empresas y un plan de incentivos de las tarifas aeroportuarias.

ALA avisa que más del 80% de los trabajadores que se dieron de alta en un ERTE en el sector durante el estado de alarma (17.536) siguen estando bajo esta fórmula, por que es probable que cuando los ERTE por fuerza mayor terminen las compañías reestructuren de sus plantillas.