El Govern balear ha hecho suya la propuesta del Ejecutivo canario para el establecimiento de corredores seguros entre los aeropuertos de las islas y los de origen. Aunque en el Gabinete que preside Francina Armengol son conscientes de que su temporada alta ya ha pasado (los meses de mayor facturación en Baleares son los de verano), el Govern ha asumido como propio el plan de Canarias, que en principio se trasladará a Bruselas sin cambios el próximo día 28. Esa es al menos la intención del Gobierno de Pedro Sánchez, que es el que tiene la responsabilidad de defender la idoneidad y la urgencia de los corredores seguros ante la Comisión Europea (CE). No en vano está en juego la temporada alta turística en Canarias, que a diferencia de en Baleares coincide con los meses de invierno y arranca el 1 de octubre.
El plan elaborado por el Ejecutivo autonómico, en su mayor parte por la Consejería de Turismo, prevé que también los viajeros procedentes de la Península se sometan a test de coronavirus a la llegada y salida de las islas. Así pues, la idea no es hacer test solo a los extranjeros, sino también a los españoles no residentes, uno de los puntos que puede despertar recelos en regiones que, como especialmente Madrid, también vienen pidiéndole al Estado controles sanitarios en sus aeropuertos. No obstante, Canarias tiene argumentos propios, y reconocidos como tal por Bruselas, para recibir un trato singular, de entrada por su condición de región ultraperiférica (RUP), algo que se pone en valor en la propuesta.
Hay que recordar que el establecimiento de corredores seguros se está peleando por dos vías. Por un lado, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, negocia con Londres y Berlín la firma de acuerdos bilaterales; por otro, y bajo el auspicio de la CE, los Estados Miembros parecen al fin dispuestos a desarrollar una normativa común.
