El director general de Trabajo del Gobierno de Canarias confía en que las Islas sean capaces de demostrar a los países de los que proceden los turistas que este es un destino seguro. De ello dependerá en gran medida que se incremente el ritmo de reincorporación a los puestos de trabajo de los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) del Archipiélago. Hay 85.000 canarios que aún no han podido retornar.
¿Cuántos trabajadores permanecen afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en Canarias y cuántos llegó a haber?
El pico más alto en todo el país fue de 3,4 millones de personas. Tras el retorno a la relativa normalidad se generó una herramienta que dificulta tener un cómputo exacto, porque permite a los empresarios tener personal a media jornada que cobra prestación y también está en el puesto de trabajo, o tener a alguien trabajando un mes que luego retorna al ERTE. Centrándome en la pregunta, en Canarias ahora mismo nos quedan 85.000 personas en situación de ERTE de fuerza mayor total, hombres y mujeres que no han podido incorporarse ni un solo día a su puesto de trabajo porque su empresa se encuentra completamente cerrada. Por ejemplo, puede ser que una cadena hotelera tenga tres establecimientos y solo haya abierto uno, con lo que en los dos restantes se produce esa situación de ERTE de fuerza mayor total y los trabajadores no han podido retornar.
¿Muchos empleados que volvieron a sus puestos han regresado a casa tras las cuarentenas impuestas por los mercados emisores de turistas?
Efectivamente. Quiero aprovechar para felicitar y reconocer el trabajo del presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, José María Mañaricua, así como de las patronales y sindicatos más representativos. Desde el estallido de la pandemia hemos mantenido un diálogo constante y fluido para dar seguridad y protección al que es motor económico de Canarias por número de empleo y presencia en la estructura del producto interior bruto (PIB).
¿Por qué ese reconocimiento al presidente de la FEHT?
Porque creo que ha sido fundamental, siempre ha estado dispuesto al diálogo; la última vez, cuando supimos el cierre del mercado alemán. De ese modo, hemos podido ir acompañando a las diferentes cadenas para decirles por dónde caminar y cómo hacerlo, ser útiles como Administración a la hora de mantener el empleo. Además, dentro del Consejo Canario de Relaciones Laborales hemos elaborado normas y las hemos remitido a Madrid para que supieran cómo reconocer la casuística canaria en sus leyes.
Me nombra a Mañaricua y no a su homólogo en la patronal hotelera de Santa Cruz de Tenerife, Jorge Marichal. ¿Por qué?
Nombro a Mañaricua porque quizá ha sido a quien más hemos contactado. Pero hago extensivo el agradecimiento a los representantes de las patronales, porque en mi caso he hablado directamente con CEOE-Tenerife y tanto José Carlos Francisco [presidente] como Eduardo Bezares [secretario general] también han estado a la altura de las circunstancias. Han sido los interlocutores directos en Santa Cruz de Tenerife. Y también reconozco el decisivo papel de Inocencio González, de CCOO, y Victoria Francisco, de UGT.
La respuesta no me deja tranquilo del todo. ¿La patronal turística de Santa Cruz de Tenerife no ha estado a la altura?
Claro que lo ha estado, si bien la relación técnica de mi departamento se ha mantenido con CEOE-Tenerife. Han sido Francisco y Bezares con los que nos hemos reunido.
En la anterior crisis, el deterioro del mercado laboral fue indiscutible. ¿Volverán a perder poder adquisitivo los trabajadores en esta?
Viví la de 2008 como abogado en UGT y solo veía expedientes de regulación de empleo (ERE) y despidos por todos lados. Echamos en falta un modelo de mantenimiento de los puestos de trabajo. El actual Gobierno de España ha estado a la altura al impulsar los ERTE de fuerza mayor para salvar el empleo, ahorrar a las empresas el abono de los salarios y las cotizaciones a la Seguridad Social, y ha sido muy importante legislar a toda velocidad. Eso nos ha obligado a estar pendientes siempre del Boletín Oficial del Estado, pero no hemos hablado de ERE, sino de ERTE y de la conservación de los puestos de trabajo; esa ha sido la gran noticia que ha protegido al Archipiélago, a sus ciudadanos y al tejido productivo.
No se habla de ERE, pero los recursos son finitos. ¿Durarán los fondos públicos hasta el momento en que la actividad económica vuelva a la normalidad?
El acuerdo mediante el que la Unión Europea (UE) entendió la magnitud de la crisis y la respuesta que había que ofrecer ha dado un cierto respiro. Pero es una inversión, lo que significa en muchos casos que si se presta ayuda a empresas que lo están pasando mal en el momento actual, se evitarán cierres. Lo digo porque conozco casos en los que el ERTE se ha convertido en una ayuda muy necesaria en un momento puntual y la propia actividad de la empresa ha permitido continuar adelante e, incluso, incrementar las contrataciones. Las que han logrado salir muestran el camino a las que ahora lo tienen peor con la práctica imposibilidad de recibir turistas.
Hay un retraso evidente de Canarias en la reincorporación de trabajadores afectados por ERTE a sus puestos de trabajo en comparación con la Península. ¿Se mantiene ese gap?
Al final, en esa ratio Canarias y Baleares estaban en las peores cifras y eso tiene que ver con la relación con el turismo, que engloba muchos sectores, como el alquiler de vehículos o el comercio, incluso alguna clínica privada tiene una relación de dependencia fuerte. Además, tenemos otro varapalo como esas restricciones de los mercados emisores. Los 85.000 trabajadores que continúan afectados por ERTE de fuerza mayor total son aproximadamente entre el 10% y el 12% de España y el reingreso en el puesto de trabajo es más dificultoso que en otras comunidad autónomas con mayor presencia de la industria, como puede ser el País Vasco.
Esta semana hay reuniones del Gobierno de Canarias con las ministras de Turismo y Asuntos Exteriores. ¿En qué medida depende de ellas el retorno a una cierta normalidad?
Tengo plena confianza en el presidente Ángel Víctor Torres, en el consejero de Sanidad [Blas Trujillo], por su experiencia y su trayectoria, y en la lucha constante de la consejera de Turismo [Yaiza Castilla]. También en todo el equipo de la consejería de Economía, Empleo y Conocimiento, con nuestra consejera Elena Máñez al frente. ¿Por qué? Porque estamos peleando contra el virus en cada uno de los ámbitos para que desde los países emisores de turistas nos vean como un destino seguro. No se trata solo de llegar a los asalariados, también a los autónomos. La labor transversal de todo el Gobierno canario es muy importante, porque en el momento en el que se vea que hemos reconducido la situación, me consta que los países emisores están deseando retornar, y esa será una alegría para nuestra economía y el empleo.
Acaba de mencionar a los autónomos. Hay muchos a los que no se les ve, pero a otros sí y abundan los negocios que ya tienen colgado el cartel de cierre. ¿Lo tienen más complicado los trabajadores por cuenta propia para reengancharse a la actividad normal?
La crisis evidenció que el 95% de los ERTE eran de pequeñas y medianas empresas. De los 32.000 que impulsamos desde la Dirección General de Trabajo muchos eran autónomos que, en gran parte, han sufrido con gravedad el impacto. Hemos dirigido a ellos muchas de nuestras actuaciones, como la subvención para asesoramiento sobre el Covid-19. Desde el Servicio Canario de Empleo (SCE) también se les han brindado ayudado. Otras medidas tienen que venir desde el Gobierno central para proteger este tipo de empleo; las pymes y autónomos son gran mayoría en nuestro tejido empresarial y productivo.
Ya sé que la mayoría no, ¿pero se han encontrado empresas tramposas con esto de los ERTE?
En la situación de pandemia sí nos encontramos con empresas que intentaron despedir a la vez que se acogían a un ERTE. Evidentemente los rechazamos, siempre tuvimos claro, en sintonía con la Inspección de Trabajo, que nuestra función era la de proteger el empleo. La gran mayoría de los expedientes tenían sentido, pero ante su pregunta, sí es verdad que no faltaron algunas pocas que intentaron aprovechar para despedir. Ahora, cuestiones de otra naturaleza, más tramposas, utilizando el término al que usted hacía referencia, tengo que decirle que no vimos ningún caso.
