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Los artistas de hotel denuncian la falta de regulación de su actividad

Cantantes, músicos, bailarines y acróbatas se sienten desamparados tras el parón forzoso al que obligó la irrupción de la pandemia

Juan Hernández en plena actuación.

Olvidados, maltratados y en tierra de nadie. Así se sienten los artistas de hotel, el colectivo integrado por músicos, cantantes, bailarines o acróbatas que hace más amena la estancia de los turistas en los establecimientos alojativos. La irrupción de la pandemia del coronavirus y el consiguiente cierre turístico que se derivó de esta situación ha agudizado la situación de vulnerabilidad en la que afirman encontrarse estos profesionales del sector de la cultura, quienes tampoco encuentran una salida en las tradicionales fiestas de verano de las Islas debido a su suspensión. No tienen trabajo y muchos de ellos tampoco las ayudas creadas para paliar los efectos de la crisis del Covid-19 por la precariedad laboral con la que aseguran toparse. Reclaman regulación y el cumplimiento de los convenios colectivos para garantizar su subsistencia. “Este sector es deplorable siendo tan bonito como es”, sostiene Juan Hernández, que ha pasado los últimos siete años de su carrera profesional trabajando en el segmento musical ligado a la hostelería.

El responsable sector artístico de UGT Canarias, Vicente García, reivindica que este colectivo es “una parte esencial del paquete turístico que se vende”. Los sectores económicos acogieron con gran alivio la aprobación del decreto que permitirá prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta el 31 de enero. El Consejo de Ministros dio luz verde esta misma semana a esta iniciativa tras intensas negociaciones con las dos organizaciones sindicales principales –UGT y CCOO– y la patronal, que se sumó in extremis al mismo. Pese a que todos los segmentos creen que la ampliación se quedará corta porque la situación económica no habrá vuelto a su punto de partida en ese tiempo, no escondieron su satisfacción por contar con esta medida unos meses más. Medida, además, a la que finalmente podrán acogerse los sectores del comercio y la restauración. Esta noticia no supuso, en cambio, ninguna alegría para muchos de los artistas de hotel, que denuncian la contratación por horas, el retraso –incluso de meses– para cobrar, la ausencia de vacaciones y bajas cotizaciones o la obligación de darse de alta como autónomos o facturar a través de cooperativas, entre otros aspectos.

Hernández sostiene que en este segmento ha trabajado sin días libres, enfermo e, incluso, recién operado. “Es un sector muy castigado en el que los principales beneficiados son las empresas”, sostiene. Lukoki Mampasi, músico profesional, indica que la situación es “intolerable”. Y es que según señala García, la realidad de muchos artistas de hotel es comparable con la de los repartidores de plataformas digitales como Glovo. Recientemente el Tribunal Supremo dictó una sentencia en la que señalaba que un antiguo rider de esta empresa era asalariado y no autónomo porque mantenía una relación laboral con dicha compañía. Esto es algo que reivindican también en el sector artístico ligado a la hostelería, pues entienden que en muchos casos podrían tener la condición, según apuntan, de falsos autónomos.

Para el responsable del sector artístico de UGT no ha habido voluntad por parte del tejido empresarial para encaminar esta situación, pues entiende que “se ha degradado” tanto la calidad de la contratación como la aplicación de la norma. Un hecho que explica, según expone, que a día de hoy muchos artistas se encuentran sin ningún tipo de cobertura ante el parón forzado por el coronavirus. Por eso Kenneth Shearman, cantante con más de 30 años de experiencia, reconoce que tiene suerte porque él está bajo el paraguas de un ERTE. “Tengo compañeros en una situación mucho peor que la mía, con hijos e hipotecas. Es insoportable y no sabemos cuánto más podremos aguantar así”, afirma.

Orlando Suárez asegura, por ejemplo, que cuenta con unas cotizaciones y una vida laboral “ridícula” que, según recalca, no se corresponde con la realidad. La situación de vulnerabilidad, subraya García, es insostenible.

El turismo es el sector más afectado por la crisis del coronavirus, pues los estados se han visto obligados a establecer restricciones a la movilidad de personas para doblegar la curva de contagios. En Canarias dicha actividad representa el 35% del Producto Interior Bruto (PIB) y genera el 40% de los empleos. Pero a ello hay que añadir toda la industria que orbita a su alrededor y que, de un modo u otro, se ha visto arrastrada. La restauración, el comercio, el transporte, la construcción y el segmento de artistas son algunos ejemplos de esta realidad. UGT entiende que debido al peso e importancia del turismo en Canarias, se trata de una actividad que “debe ofrecer una imagen de calidad extrema en todos los servicios que presta al huésped”.

Un convenio colectivo

La Justicia ya ha emitido varias sentencias que reconocen derechos laborales de los músicos y cantantes de hotel. El escenario actual que denuncian, lamentan, no es consecuencia de la irrupción de la pandemia, sino que viene de atrás. Es decir, la triple crisis sanitaria, económica y social lo que ha hecho es agravar su situación. Ante tal panorama y debido a la ausencia de un horizonte claro, UGT y CCOO han contactado con la Viceconsejería de Empleo del Ejecutivo regional, en manos de Gustavo Santana, para sentar las bases de la negociación de un convenio colectivo entre patronal y trabajadores.

En un reciente comunicado UGT también denunciaba el “incumplimiento sistemático” del convenio colectivo de Salas de Fiestas, Baile y Discotecas y sus modificaciones posteriores, en vigor desde el 26 de abril de 2012.

La organización sindical exige, a su vez, “la aplicación de las medidas de seguridad, salud en el trabajo y prevención de riesgos laborales ya que, ante la actual situación y un posible retorno de la actividad, es necesario que estas sean de aplicación extrema”.

La recuperación de la actividad será, en cualquier caso, lenta. Es necesario que llegue un mayor volumen de turistas a las Islas para que más establecimientos hoteles se animen a abrir sus puertas. Las negociaciones a nivel europeo para establecer corredores seguros fracasaron a principios de semana. Días después el Gobierno canario y TUI anunciaron un acuerdo por el que harán tests de forma selectiva y aleatoria a los visitantes que lleguen a las Islas a partir de noviembre. Desde ayer, el turoperador alemán retomó las conexiones con Canarias desde Alemania con una oferta semanal de 12.500 plazas. Este primer paso es esperanzador para el sector turístico, que espera iniciar una línea ascendente en la temporada de invierno, la más importante para las Islas. Los artistas, no obstante, se toparán probablemente con otra barrera: la continuidad del cierre de las pistas de baile para clientes.

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