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Turismo | Nuevas medidas para preservar el motor de la economía regional

Canarias vetará la admisión a los turistas foráneos sin test

Hoteles, apartamentos y viviendas pedirán la prueba a los visitantes en el ‘check-in’

Turistas recién llegados ayer al Aeropuerto de Gran Canaria.

Canarias vetará la entrada a sus hoteles, apartamentos y viviendas vacacionales a los turistas que no presenten un test negativo de coronavirus a su llegada al establecimiento. Si ahora deben enseñar el pasaporte o el documento identificativo de su país en el momento del check-in, en adelante también tendrán que mostrar la prueba de la Covid-19. Pero no habrá sorpresas ni nadie desprevenido. La propuesta de la Consejería de Turismo para garantizar la viabilidad y seguridad del motor de la economía isleña se fundamenta en dos pilares: por un lado, en la modificación del derecho de admisión para que el visitante esté obligado a presentar el test en el hotel; por otro, en que el turista esté en todo momento informado de que necesitará hacerse la prueba antes de volar al Archipiélago si quiere alojarse en un establecimiento. 

En definitiva, el principal objetivo es propiciar que los visitantes aterricen en Canarias llevando en sus carteras o móviles un certificado que acredite que no son portadores de la enfermedad. La apuesta es, por tanto, por los test en origen, aunque no necesariamente en los aeropuertos de origen, sino que puede ser el mismo turoperador el que facilite la prueba a su cliente horas antes del vuelo a las Islas.

Un plan del equipo de Castilla

El plan elaborado por el equipo de la consejería que dirige Yaiza Castilla, que en principio se aprobará en Consejo de Gobierno esta próxima semana, requiere así la modificación de la Ley 7/1995 de 6 de abril, la de Ordenación del Turismo de Canarias. Es en esta ley en la que se incluirá la nueva regulación relacionada con el derecho de admisión y con el derecho del turista a recibir en todo momento una información veraz. Esto último es tanto o más importante que la obligación de presentar el test en el hotel o apartamento precisamente porque es lo que garantiza que el inglés, alemán, francés o neerlandés se preocupe de hacerse la prueba antes de subirse al avión.

Por eso los turoperadores y demás empresas que comercializan viajes y vacaciones en el Archipiélago deberán advertir a sus clientes de la obligatoriedad del test para alojarse en la región. Tendrán que hacerlo desde el mismo momento en que el cliente se interese por la posibilidad de disfrutar de unos días o semanas en las Islas. Un trámite que, no obstante, no pasará de eso, de un mero trámite, ya que los turoperadores están tan necesitados de recuperar los vuelos a Canarias como Canarias de recuperar a los turistas.

Además, el abaratamiento de los test de coronavirus tras meses de pandemia hace que su precio en la factura total de las vacaciones sea testimonial. En otras palabras: ninguna familia dejará de venir a las Islas a disfrutar de su hotel o apartamento favorito por unos cuantos euros (el test de antígenos, por ejemplo, apenas cuesta 4,5 euros). Es más, en el Gobierno existe el convencimiento fundado (hay encuestas y estudios que así lo ponen de manifiesto) de que la exigencia del test en origen no solo no desincentivará a los potenciales visitantes, sino que los incentivará. ¿Por qué? Porque el cliente del turoperador sabrá de antemano que en el avión a Canarias estarán sentadas a su lado personas que también se habrán sometido horas antes a una prueba para descartar la Covid-19. El turista vendrá así en vuelos seguros para alojarse en viviendas vacacionales, apartamentos u hoteles igualmente seguros.

De hecho, el mismo Reino Unido, el país que más viajeros envía cada año al Archipiélago, ya ha anunciado que los ciudadanos que salgan de la Gran Bretaña o de Irlanda del Norte hacia Estados o regiones que exijan un test negativo de coronavirus podrán someterse a una prueba rápida en el mismo aeropuerto de salida. De entrada este nuevo servicio estará disponible para quienes viajen a Hong Kong o Italia a un precio de unas 80 libras (unos 88 euros). Así pues, la tendencia en los países del entorno es hacia garantizar los vuelos Free Covid, que es lo que indirectamente persigue Canarias imponiendo la obligatoriedad de presentar una PCR o cualquier otra prueba negativa a la llegada al hotel.

Pese a que la nueva regulación turística de facto impedirá que vengan al Archipiélago visitantes extranjeros sin haberse sometido antes a un test (se quedarían sin la posibilidad de alojarse en ningún establecimiento oficial), siempre puede haber una minoría que efectivamente lo haga. O incluso puede darse el caso de quien se haya sometido a la prueba y haya dado negativo pero no pueda acreditarlo, como en la actualidad se da el caso de quien pierde el pasaporte o su documento identificativo y no puede demostrar que es quien dice ser. Si a este último no se le echa sin más del hotel, tampoco se echará sin más del establecimiento a quien no presente el test. En tal caso, los recepcionistas o los informadores del alojamiento le indicarán al viajero el lugar más próximo para someterse a una prueba rápida que descarte la presencia del virus. Una vez superado el test, esta persona podrá quedarse en el hotel o apartamento como cualquier otro huésped.

Hay que recordar que la Consejería de Turismo ha estado en contacto con las clínicas privadas de la región para ver en qué medida estas pueden colaborar en la tarea de filtrar a los visitantes, de modo que lo más factible es que sean estos centros los que atiendan a esos turistas rezagados. 

En todo caso, la imposición de acreditar que no se está infectado para poder dormir en un hotel o apartamento minimiza el riesgo de que los rezagados sean un número considerable, de esta forma se podrá ejercer un mayor control sobre aquellos casos que puedan surgir y que supongan la necesidad de tomar medidas de tipo sanitario.

Turismo nacional


La Consejería de Turismo no es la única que está involucrada de lleno en la tarea de blindar el motor de la economía canaria contra el coronavirus. También lo está la de Sanidad, que dirige Blas Trujillo, que es el Departamento que trabaja en buscar la fórmula para que también los viajeros peninsulares se sometan a un test de coronavirus que descarte la importación de nuevos casos de la enfermedad. Desde el punto de vista de la salud pública, de poco serviría controlar a un británico, alemán, suizo o francés si no se hace lo propio con un madrileño o un catalán, y para esto último no tiene competencia la consejería de Yaiza Castilla. El decreto ley que está ultimando el Gobierno incluye así medidas turísticas y sanitarias. | M.Á.M.

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