El próximo martes, Estados Unidos volverá a centrar la atención mundial, en esta ocasión por la celebración de su noche electoral, cuando en las urnas se decida si se vuelve a otorgar un voto de confianza al republicano Donald Trump o se opta por el demócrata Joe Biden. La expectación es muy alta: el voto por correo se ha disparado y más de 60 millones de americanos han votado ya. Además de saber si Trump sigue o es desalojado, lo que podría tardar hasta diciembre o incluso enero, asoma otra duda por el horizonte. ¿Afectará el color del próximo presidente a la estabilidad financiera y mercantil de la primera potencia mundial? Los expertos coinciden en que no.

Por ejemplo, “ambos partidos tendrán interés en fomentar el desarrollo tecnológico, un sector que lo ha hecho muy bien este año y que creemos que lo va a seguir haciendo bien”, aseguró Pilar Martí-Fluxá, directora de Ventas Institucional de JP Morgan AM, que espera que ambos candidatos no implementen medidas que frenen este motor de crecimiento económico en EEUU.

Gane quien gane, para Inés del Molino, directora de Cuentas de Schroders, será complicado saber cómo será el futuro porque “tanto bajo el mandato republicano como bajo el demócrata ha habido años buenos en el mercado”. Por lo tanto, Del Molino considera que la mejor manera de afrontar esta incertidumbre es “no reaccionar de manera exagerada y mantener la templanza tras el 3 de noviembre”.

La templanza a la hora de invertir resulta esencial tras el 3 de noviembre

Alguna variación habrá según el ganador, explicó Pedro Masoliver, ventas senior Iberia de T. Rowe Price, aunque esto “no ocurrirá de la noche a la mañana”. Masoliver recordó que tras vencer Trump en 2016, el mercado se lanzó en plancha hacia todo lo que tenía que ver con infraestructuras y construcción, pero fue en vano. “Este proceso tiene que pasar por una serie de comités y la implementación de los cambios no es automática, por lo que empresarios e inversores tienen margen de actuación”.

Los tiempos son importantes también para Celso Otero, gestor de Renta4 Gestora. “Unas elecciones pueden traer volatilidad a corto plazo, pero lo que nos da la rentabilidad son las expectativas a largo plazo y lo que hace evolucionar al mercado es que los crecimientos de las compañías sean sostenibles en el tiempo”. Esto ocurre en la tecnología y las energías renovables por lo que, “gobierne quien gobierne, se van a querer apoyar en estas tendencias para que la economía vaya bien”, concluyó.

Trump beneficiará a priori al petróleo mientras que Biden apostará por las renovables

Para Teresa Molins, sales director de Franklin Templeton, la principal variante que puede darse es que si gana Trump “será más positivo para el sector energético relacionado con el petróleo, mientras que si lo hace Biden apostará más por las renovables”. Lo que está claro para Molins es que la economía americana se seguirá recuperando de la crisis.