Las consecuencias que la crisis provocada por el coronavirus está dejando en el sector del alquiler vacacional comienzan a notarse ya en el parque de viviendas destinadas al arrendamiento tradicional en Canarias. Así lo está constatando el sector inmobiliario que ve como el número de casas disponibles se ha visto incrementado en torno a un 20% en los últimos meses, mientras que el sector de los pisos turísticos ha visto reducido el número de inmuebles en un porcentaje similar. Una estimación que parece constatar que muchos propietarios, que antes del cero turístico destinaban sus viviendas al alojamiento de visitantes, ahora han optado por cambiar a los turistas por inquilinos de larga duración.

Según el estudio sobre el estado del alquiler vacacional en las Islas, en 2019 existían en Canarias un total de 39.081 viviendas vacacionales. Si se tiene en cuenta esta reducción del 20% que estiman los expertos del sector, el Archipiélago habría perdido en tan solo unos meses 7.816 pisos turísticos. Aunque no todos tienen que haber pasado necesariamente el alquiler tradicional, es lógico que muchos propietarios hayan optado por cambiar su modelo y sumar su vivienda al parque de alquiler residencial.

El delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei), Isidro Martín, confirma que sí se ha constatado en los últimos meses “un traspaso del alquiler vacacional al tradicional”, aunque destaca que el porcentaje está lejos de lo que han barajando algunos informes de portales inmobiliarios especializados, que cifraban en un 62% el aumento del número de viviendas disponibles. “Creemos que el incremento está entre el 20% y el 25%”, expone.

Entre las razones que barajan los portales inmobiliarios para este incremento se encuentran el parón que se produjo en el mercado del alquiler durante el confinamiento y que provocó que en tres meses no se cerrarán operaciones de alquiler, lo que provocó que las viviendas se acumulasen en sus bases de datos.

Martín explica que existen varios motivos por los que se está produciendo esta situación. El primero de ellos es la necesidad que tienen muchos propietarios de seguir obteniendo ingresos a través de estos inmuebles. “No tienen ocupación y si están pagando hipotecas o tienen gastos no pueden esperar a que el sector remonte”, valora Martín.

Además, considera que el propio mercado ha ido desplazando a las viviendas que por sus características o ubicación no eran idóneas para el alquiler vacacional. “Esto ocurre porque no hay demanda y no se ocupan”, matiza. Martín detalla que en el caso del Archipiélago se trata sobre todo de viviendas que se encuentran en barrios situados en las periferias de las áreas metropolitanas. “No todo es válido en el alquiler vacacional y estas viviendas han sido desplazadas por otras que están mejor ubicadas”, afirma.

Ajuste del mercado

De la misma opinión es el vicepresidente de la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav), Javier Valentín, aunque matiza que la reducción del número de estos inmuebles en las Islas ya había comenzado antes de la crisis del coronavirus. “Había muchos propietarios que viendo la carga fiscal y el resto de obligaciones aparejadas a esta actividad se pasaban al alquiler de larga duración”, señala, aunque reconoce que la aparición de la Covid-19 y las consecuencias que ha tenido para el sector turístico han sido “la puntilla que faltaba” y estima que entorno al 20% de las viviendas vacacionales de Canarias se han pasado al residencial.

Según Valentín, sobre todo se trata de perfiles de propietarios “que tenían las viviendas vacacionales como un complemento a su renta y en muchas ocasiones tienen una carga financiera asociada a ese inmueble, por lo que “lo traspasan en busca de unos ingresos más seguros, que en estos momentos el vacacional no se los puede ofrecer”.

El vicepresidente de Ascav también se muestra de acuerdo respecto a que se trata principalmente de viviendas que se encuentran en zonas “menos atractivas” para los visitantes, mientras que aquellas que se ubican en zonas turísticas o en el centro de las ciudades han resistido mejor.

Tendencia en aumento

En cuanto a si esta tendencia continuará incrementándose, Valentín es cauto y sostiene que todo dependerá de cómo evolucione la actual crisis turística. “Si la apertura del turismo tiene continuidad es probable que este trasvase se estabilice”, opina. Pero si el Archipiélago se ve obligado a volver a cerrar como consecuencia de los rebrotes “lo más probable es que continúe esta tendencia”.

Para Isidro Martín, presidente de Apei, el aumento del parque de vivienda destinada al alquiler residencial no solo se ha incrementando por el traslado de pisos que anteriormente se dedicaban al sector turístico, sino también porque existen algunos inquilinos que debido a las actuales circunstancias económicas no pueden seguir manteniendo el pago del alquiler. “Trabajadores en ERTE o personas jóvenes que se han visto obligadas a volver a casas de sus padres o que han optado por compartir piso para compensar los gastos”, recalca.

Sin embargo, a pesar de ese incremento que según Martín se lleva notando “varios meses”, los expertos del sector también han podido constatar que algunos grandes propietarios han “retirado algunas viviendas del mercado” debido al miedo al impago o a que la situación de vulnerabilidad de las familias arrendatarias impida efectuar un desahucio en el caso de que no se pague el alquiler. “Esto sobre todo está ocurriendo en la Península, pero también lo hemos visto aquí”, indica el delegado de Apei.