La reforma de las pensiones que está diseñando el Gobierno incluirá nuevos incentivos para estimular que los españoles retrasen voluntariamente su edad de jubilación. Según anticipó ayer el ministro de Inclusión y Seguridad Social, una de las opciones que maneja consiste en compensar a esos trabajadores con un “pago de una sola vez”, en lugar del incremento de la pensión mensual que se aplica ahora.
Acercar la edad efectiva de jubilación (64 años de media) a la edad legal (65 años para las carreras más largas y 65 años y diez meses para el resto) será uno de los propósitos medulares de la nueva reforma de las pensiones. Y el Gobierno planea hacerlo por dos vías: mejorando los incentivos del retraso voluntario del retiro y actuando con un alcance que por ahora no se ha precisado sobre la regulación de la jubilación anticipada y particularmente sobre la de carácter también voluntario.
Durante un acto de Europa Press en Madrid, Escrivá subrayó que, conforme a las encuestas que está manejando su departamento, la vía de fomentar la “jubilación demorada” mediante un pago único o cheque en el momento de retirarse “puede resultar más interesante que un incremento adicional de la pensión”.
Quienes ahora deciden retirarse más allá de la edad legal reciben como gratificación un aumento de entre el 2% y el 4% en la pensión por cada año extra que se haya trabajado. Esa mejora varía en función del historial de cotización: 2% hasta 25 años cotizados, 2,75% si se cotizaron hasta 37 años y 4% para quienes los superen. Se trata de incentivos más modestos que los que existen países del entorno (Francia llega al 5% y Alemania al 6%) y que resultan poco atractivos.
