La imagen de ayer en Los Rodeos era la de una fila de pasajeros que iba de la zona de Salidas a la de Llegadas. Muchos trataban de volver con la familia antes de que entrasen en vigor las nuevas normas dictadas para hacer frente a la pandemia. Estudiantes y trabajadores en la Isla con familia en la Península eran algunos de los perfiles que más se repetían entre quienes esperaban -en algunos casos con cierta inquietud- en la cola. Aunque los había que tenían el billete reservado para este viernes por coincidir con el final de la actividad académica, otros admitían haberlo adelantado por las medidas incorporadas.

La cola unía los dos extremos del aeropuerto de Tenerife Norte; desde la zona de Salidas a Llegadas, atravesando el área comercial. Llamadas de teléfono, miradas al reloj, más de un gesto preocupado ante el contratiempo... Pasadas las 14:00 horas, la imagen era la de mucha gente que viajaba sola y pocas familias y niños. Perfiles muy en la línea de trabajadores y estudiantes de fuera de la Isla que trataban de volver a casa por Navidad, y que dejaban un volumen de pasajeros más propio de una operación salida estival -y con algún añadido en forma de problemas meteorológicos o huelgas en los aeropuertos- que de mediados de diciembre. Aunque aquí, en todo caso, sería una especie de operación huida.

Desde el exterior se podía intuir que algo no se ajustaba a la actividad normal del aeródromo lagunero. Se percibía más movimiento de lo habitual, aunque lo que se podía encontrar dentro seguramente superaba cualquier previsión. El “¡pufffff...!” de un hombre de mediana edad tras abrirse la puerta automática y ver el panorama quizá sea un buen resumen. “Me había mudado a la Isla en octubre y ahora vuelvo a Barcelona”, explicaba Tamara Jiménez mientras aguardaba en la cola. “Volaba el 22 de diciembre y decidí cambiar el billete tras las restricciones”, precisó sobre lo que hizo una vez que tuvo conocimiento de las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno de Canarias frente a la pandemia.

¿Y la distancia de seguridad?

Fue el pasado miércoles cuando el Ejecutivo autonómico anunció la restricción de la entrada y salida, salvo en determinados casos, de personas a Tenerife desde las 00:00 horas del día 18 de diciembre hasta el 1 de enero de 2021. Esas circunstancias no trastocaron los planes de Iván Bonilla, estudiante de Física, que tenía previsto el billete de vuelta a Valencia para ayer, por lo que no tuvo que modificar la fecha. “Veo que hay muchísima gente y la distancia de seguridad no se cumple”, advirtió. No era el único estudiante que esperaba en la fila. El hecho de que fuese el último fin de semana antes de las fechas navideñas hacía que más alumnos universitarios y de otros niveles formativos estuviesen tratando de viajar a la misma hora.

Otro caso era el de Estíbaliz Marcos. Estudiante de un ciclo de Formación Profesional de Química y Salud, también esperaba para trasladarse a territorio peninsular en una fecha que tenía seleccionada antes de las nuevas normas para frenar la pandemia. “Las restricciones me parecen lógicas y normales”, expresó. “Estoy en Tenerife por estudios y vuelvo a Valencia”, manifestó. Peor lo estaba pasando el pasajero que la seguía, nervioso porque veía que el tiempo se le echaba encima. “Hay mucha gente; considero que deberían haberlo hecho mejor”, apuntaba Daniel Mirón, otro estudiante de Física que se dirigía a la Comunidad Valenciana. Según comentó, ya había volado durante la pandemia; concretamente, a principios de curso, cuando se desplazó hasta Tenerife.

Aunque las restricciones hubiesen estado en marcha, los casos anteriores se ajustan a uno de los supuestos contemplados para poder salir de la Isla: el retorno al lugar de residencia habitual o familiar. También viajaba a encontrarse con sus parientes Manuela Cruz, residente en la Isla y que sí había tenido problemas con su vuelo. “Está fatal; hay un atasco tremendo; voy a Sevilla y me han obligado a ir primero a Barcelona”, lamentó. Su malestar respondía a que había otros vuelos de la misma compañía directos a Sevilla, pero que, en lugar de reubicarla en uno de ellos, le dijeron que tenía que volar hasta Cataluña, para, posteriormente, tomar otro avión en dirección a su destino. Inicialmente el vuelo lo tenía el lunes, pero optó por adelantarlo. 

Aparte de los viajes por motivos familiares, otros contemplados dentro de las excepciones a las restricciones que entran hoy en vigor son la asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios; el cumplimiento de obligaciones laborales, profesionales, empresariales, institucionales o legales; la asistencia a centros universitarios, docentes y educativos, incluidas las escuelas de educación infantil, y la asistencia y cuidado de mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables. También están en ese listado las actuaciones requeridas o urgentes ante los órganos públicos, judiciales o notariales; las renovaciones de permisos y documentación oficial, así como otros trámites administrativos inaplazables; la realización de exámenes o pruebas oficiales inaplazables, y por causa de fuerza mayor o situación de necesidad, así como cualquier otra actividad de análoga naturaleza debidamente acreditada.

Gran Canaria con la familia

“La verdad es que no conozco con detalle los motivos por los que se permite viajar. Yo estoy trabajando en una obra aquí en Tenerife, me había cogido unos días libres y he preferido irme ya a Gran Canaria con la familia”, apuntaba otro pasajero que prefirió no dar su nombre. “Lo tenía la próxima semana, pero mejor salir ya que quedarme en tierra”, sintetizó. Otras circunstancias eran las de Yavé Socas, que viajaba hacia Barcelona por motivos laborales. En su caso, estaba algo molesto por los pocos mostradores que se encontraban operativos. “Hay una falta de previsión total”, manifestó; “por eso la cola”.

Las nuevas restricciones fueron abordadas por el Consejo de Gobierno en la sesión extraordinaria celebrada en la tarde del miércoles debido al elevado nivel de transmisión del coronavirus en Tenerife en las últimas semanas, que ha presentado un patrón epidemiológico diferente respecto al resto de islas del Archipiélago, según expusieron desde la institución regional. “Mientras que en el resto de las islas, tras el ascenso de casos a inicios agosto y el correspondiente pico a finales de ese mes, la incidencia ha ido disminuyendo, manteniéndose en niveles de riesgo bajo o de nueva normalidad, en Tenerife el aumento de casos diarios ha sido sostenido, situándose en niveles de riesgo medio o alto, con una incidencia acumulada (IA) semanal (siete días) de 114 casos por cien mil habitantes el 14 de diciembre pasado”, argumentaron desde el Ejecutivo.

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“El problema que hay aquí es que hemos bajado la guardia, por lo que estamos cómo estamos...”, opinaba Alberto Fernández mientras hacía tiempo a que llegase su hija. “¿Y ahora qué pasa con el turismo? ¿Y con los hoteles y toda la gente que trabaja en el Sur?”, se preguntó. A ese respecto, el Ejecutivo canario ha dicho que los nacionales y extranjeros que tengan previsto venir a Tenerife de vacaciones podrán acogerse a las excepciones que contempla la normativa vigente sobre derecho de admisión en los establecimientos alojativos turísticos, donde hay que presentar una prueba sanitaria negativa que acredite estar libre de coronavirus.

Conexiones hasta con Jerez

Los paneles informativos mostraban ayer una actividad que se verá reducida durante los próximos días. Madrid, Barcelona, Valencia, destinos insulares... Sevilla o Jerez también figuraban en las pantallas. Aparte de que se trataba de un día especial por la posterior entrada en vigor de las restricciones impulsadas por el Gobierno de Canarias, influía, de por sí, que fuese una jornada en vísperas de las fiestas navideñas. La de este viernes era, en general, una tarde intensa en la instalación. “Aparte de que hace meses que esto ha estado medio parado, no es normal la cantidad de gente que hay dentro”, expresaba por fuera del Aeropuerto un trabajador de una empresa de alquiler de vehículos. “Tenemos el vuelo a las 15:00 y vinimos desde las 13:00 por si acaso hubiera algún problema, y menos mal... Es verdad que tampoco suelo viajar demasiado, pero yo creo que en mi vida había visto tanta gente junta aquí dentro... y eso que están las medidas de distanciamiento”, apuntó un pasajero que iba a volar entre islas para pasar las navidades con la familia. “Hay demasiada aglomeración, al menos esa es mi opinión”, abundó.