Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos de lujo, ha pasado en 2020 de ser una empresa que provocaba dudas a los analistas de Wall Street y que aspiraba a ser adquirida por Apple a convertirse en un monstruo valorado en casi 660.000 millones de dólares, tras ganar 550.000 millones de dólares en los últimos 12 meses.

En 11 meses en 2020, la capitalización bursátil de Tesla se multiplicó por cinco a pesar de la crisis causada por la pandemia durante gran parte del año, y de que el fabricante de vehículos eléctricos sigue siendo una empresa marginal en el sector en cuanto a volumen de producción y ventas.

La empresa con sede en la localidad californiana de Fremont, donde también se encuentra su única planta de montaje en Estados Unidos, prevé que cuando termine 2020 habrá entregado unos 500.000 vehículos. Aunque la cifra es la más alta en la historia de la compañía, es sólo una fracción de lo que producen los principales fabricantes del sector.

El año pasado, el grupo alemán Volkswagen produjo alrededor de 10,8 millones de vehículos, mientras que el grupo japonés Toyota vendió 10,7 millones unidades.

El fabricante más valioso

Pero a pesar de las diferencias entre los dos gigantes automovilísticos mundiales y Tesla, el valor de capitalización bursátil la empresa del controvertido Elon Musk se sitúa hoy en 659.400 millones de dólares, mientras que la de VW es 233.300 millones y la de Toyota 352.600 millones.

De esta forma, a 660.000 millones de dólares, Tesla es en la actualidad el fabricante de automóviles más valioso del mundo, a gran distancia de sus principales competidores en el sector. Para poner en perspectiva esta cifra, Apple, la segunda compañía más valiosa del mundo, sólo por detrás de Saudi Aramco, está valorada en 2,17 billones de dólares, mientras que Microsoft y Amazon están empatadas en 1,6 billones.

El crecimiento de Tesla este año ha sido meteórico. El 22 de enero de 2020 la valoración bursátil de Tesla, una compañía fundada en 2003 por Musk junto con otros cuatro empresarios, superó por primera vez los 100.000 millones de dólares cuando el precio de sus acciones se situó en 592,96 dólares.

Ascenso meteórico en 2020

Hasta ese momento, en algo menos de 10 años, el valor de las acciones de Tesla se había multiplicado casi por 35 (inició su andadura bursátil en julio de 2010 a 17 dólares por acción), a pesar de que la compañía automovilística hasta este año no fue capaz de generar beneficios de forma sostenible. Dicho de otro modo, a Tesla le costó casi 10 años pasar de 1.700 millones de dólares en capitalización bursátil a 100.000 millones, pero sólo 11 meses aumentar de 100.000 a 660.000 millones.

Aunque muchos analistas siguen perplejos por la meteórica ascensión de Tesla en 2020, cuando se estudia el listado de las compañías más valiosas del mundo se puede entender una de las principales razones por las que el fabricante de vehículos eléctricos está donde está y el por qué de la distancia con sus competidores.

Sin contar con Saudi Aramco, tanto Apple como Microsoft y Amazon son empresas del sector tecnológico. Y Musk no está vendiendo coches con Tesla, "está vendiendo tecnología", como señaló el analista financiero y personalidad televisiva de CNBC Jim Cramer.

Una empresa tecnológica

Lo que el mercado ha entendido es que la fortaleza de Tesla no es la tecnología de vehículos eléctricos, sino de conducción automática. "Por eso, esta joven generación está dispuesta a darle dinero. Están diciendo: 'Es Steve Jobs (el fundador de Apple). Quién sabe que será la próximo que saque. Quiero una parte de ello'", añadió Cramer.

Y lo que Musk también ha demostrado en los últimos años a sus incondicionales es no sólo que tiene la capacidad visionaria de genios como Jobs, sino que está dispuesto a todo, o casi todo, para ejecutar sus planes. Hace dos años, cuando las deficiencias de producción del Model 3, el vehículo "para las masas" de Tesla, prácticamente terminaron con la compañía automovilística, Musk decidió dormir en la planta de Fremont para poder solucionar los problemas que estaban surgiendo.

Este año, cuando el Gobierno de California decidió confinar al estado para combatir la propagación de la covid-19, lo que supuso el cierre de la planta de Fremont, Musk desafió a la autoridades políticas y médicas para continuar la producción del Model 3. Musk no sólo mantuvo abierta la planta de montaje, sino que calificó de "fascista" y de "encarcelamiento forzado" la orden de confinamiento y minimizó la importancia del coronavirus, al decir que no era peor que una gripe.

Todo esto, aunque muy polémico, ha permitido que 2020 vaya ser el mejor año de la historia de Tesla. En los tres primeros trimestres del año, la compañía acumula 435 millones de dólares de beneficios netos.

Tras años de dificultades, Musk está tan confiado en el futuro de su compañía que este mes se permitió incluso admitir que, en el pasado, hasta él mismo pensó que Tesla no sobreviviría. "En los días más negros del programa del Model 3 contacté a Tim Cook (consejero delegado de Apple) para discutir la posibilidad de que Apple comprase Tesla (por una décima parte de nuestro valor actual). Se negó a aceptar una reunión", confesó Musk en Twitter.