La cotización de la criptomoneda bitcóin no encuentra techo. Convertida en una especie de moneda refugio sobre la que han puesto el ojo inversores e instituciones, su escalada es meteórica. Desde los 20.000 dólares (16.300 euros) que cotizaba a mediados de diciembre, ayer pasó a superar la cota de los 38.000 dólares (30.980 euros), con una revalorización superior al 10% en la sesión y por encima del 30% en lo que va de 2021, lo que amplía a alrededor del 377% la subida acumulada en un año.

Eso después de que el pasado año, pese a los condicionades de la pandemia, cuadruplicara su valor.

“Otro día y otro récord”, comenta ayer Simon Peters, analista de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, señalando que la demanda de activos alternativos está aumentando y las instituciones de todo el mundo están viendo bitcóin como un activo de crecimiento y como una forma de protegerse contra el gran temor de 2021: “la inflación”.

“La generosidad financiera que hemos visto de los bancos centrales y los gobiernos ha erosionado el valor de los activos tradicionales como el efectivo y los bonos. Esto no muestra signos de disminuir, por lo que es poco probable que el impulso detrás de bitcóin se desvanezca en el futuro cercano”, augura el experto, para quien el mercado de criptoactivos se está moviendo hacia el mainstream(tendencia mayoritaria).

En este sentido, en una reciente entrevista el cofundador y consejero delegado de Bitpanda, Eric Demuth, afirmaba que “bitcóin es oro digital y, en varios aspectos, incluso mejor que el oro físico [más barato de almacenar y mover; mejor divisibilidad; a prueba de manipulaciones y fácilmente verificable]. Eso es algo que muchos inversores pequeños ya entienden y a lo que se están adaptando inversores institucionales”.

El más reciente impulso en la escalada del bitcóin vino esta semana de la mano de JP Morgan, cuyos analistas planteaban la posibilidad de que la criptomoneda compita con el oro como activo refugio, lo que en el largo plazo podría disparar su cotización al entorno de los 146.000 dólares (118.990 euros).

También, la Oficina del Controlador de la Moneda de EEUU daba por bueno que los bancos nacionales podían usar stablecoins para realizar actividades de pago y otras funciones.