El Índice de Precios de Consumo (IPC) en Canarias ha caído un 0,1% al cierre del año 2020, siendo la comunidad donde menos descendieron los precios el pasado año. Es la primera vez desde 2015 en que el IPC cierra en negativo en el Archipiélago. En 2019 acabó el año en el 0,4%, mientras que en 2018, 2017 y 2016 se situó por encima del 1%. En 2015 este indicador cerró con una bajada del 0,4%.

En el conjunto nacional, el IPC subió un 0,2% en diciembre en relación al mes anterior y elevó tres décimas su tasa interanual, hasta el -0,5%, por el encarecimiento de la electricidad y de las gasolinas. Con el dato de diciembre, el IPC interanual encadenó su novena tasa negativa consecutiva y cerró el conjunto del ejercicio en números rojos por primera vez en seis años, según los datos definitivos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que coinciden con los avanzados a finales del mes pasado.

El cierre en negativo del IPC en 2020 ha permitido a los salarios ganar más de dos puntos de poder adquisitivo, si bien es un alza más nominal que real por la cantidad de empleados que están afectados por ERTE. “En este contexto de debilidad de la demanda, los precios finales continúan cayendo al mismo tiempo que las empresas deben seguir asumiendo incrementos de costes de producción, por lo que sus márgenes se están reduciendo intensamente”, valoró la patronal CEOE al respecto.

Los sindicatos, por su parte, destacaron la “especialmente significativa” subida de los alimentos y las bebidas, “que son las partidas de gasto más importantes en los hogares con menor presupuesto”. El precio de estos subgrupos creció entre el 1,4% y el 2,4%, lo que, según CCOO y UGT, hace imprescindible la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que tiene pendiente el Gobierno para 2021.

El INE ha atribuido el repunte de la tasa interanual del IPC de diciembre al avance de los precios de la electricidad, del gasóleo para calefacción y de los carburantes y lubricantes.