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Reserva genética de herencia

Diferentes bancos de germoplasma en las Islas preservan muestras de especies canarias para asegurar su conservación en el futuro

Reserva genética de herencia

La globalización, el cambio climático o las plagas, son solo algunas de las amenazas que pueden sufrir las especies autóctonas de las Islas en los próximos años. El futuro es impredecible, por lo que Canarias lleva años apostando por la conservación de muestras vegetales y animales en bancos de germoplasma para así, preservar la riqueza genética del Archipiélago creando una reserva que servirá de herencia para las próximas generaciones. Una especie de copia de seguridad que podrá utilizarse ante cualquier adversidad que se presente.

Los bancos de germoplasma y otras iniciativas para preservar la riqueza genética de las especies vegetales y animales tradicionales del sector primario canario están actualmente dispersos entre las administraciones. El Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), adscrito a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, es uno de los organismos que trabaja para la conservación genética de frutales tropicales y subtropicales como el plátano o el mango, del que cuentan con una colección con más de 100 variedades. También existen importantes colecciones de lichi y carambola. El ICIA desarrolla en sus fincas experimentales diferentes proyectos de I+D+i que sitúan al instituto como un referente en la investigación de frutales tropicales a escala nacional e internacional.

Reserva genética de herencia

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“Los bancos de germoplasma son esenciales para mantener la diversidad de las especies y su acervo genético”, explica Pedro Modesto, director del departamento de Producción Vegetal en Zonas Tropicales y Subtropicales del ICIA. Además, según el investigador, se trata de un “arma importante frente al cambio climático”, porque permite tener una reserva de genes que pueden modificarse para adaptarse a las nuevas condiciones que puedan darse en Canarias.

Las condiciones climáticas y geográficas del Archipiélago lo han convertido en un lugar con una “riqueza genética singular”, según explica Alicia Vanoostende, consejera de Agricultura del Gobierno canario. “La historia de las Islas, el aislamiento y el hecho de servir de puente entre tres continentes ha provocado que las razas se adapten a nuestro territorio. Y eso debemos preservarlo”, explica. Modesto coincide con la consejera en destacar al Archipiélago como un referente nacional e internacional, dentro de los bancos de germoplasma. “Tenemos colecciones muy importantes reconocidas internacionalmente como en el caso del plátano”, apunta el agricultor del ICIA.

Reserva genética de herencia

Adaptadas al medio

Las razas y variedades locales cobran cada vez mayor importancia, según Vanoostende, al “encontrarse más adaptadas al medio”. La consejera recuerda que hay frutales en el Archipiélago que no necesitan tantas horas de frío para florecer como en la Península porque están adaptadas a nuestro territorio. Estas especies tienen, según la consejera, una posición de ventaja de cara al cambio climático. “En un contexto cada vez más global, el consumidor aprecia más las producciones locales”, asegura la responsable del área de Agricultura en el Ejecutivo canario.

También se están realizando trabajos muy importantes en este área en otros organismos, como en el Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife (CCBAT), unidad orgánica perteneciente al Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, creado en el 2003 y en el que se trabaja con el objetivo fundamental de recuperar y conservar la biodiversidad agrícola de las Islas. Es el banco de referencia canario en cuanto a especies agrícolas, cuenta con 4.000 accesiones –2.500 en semillas y 1.500 en colecciones en vivo–.

Allí se realizan una serie de actividades como son la recolección de material local, conservación, caracterización, multiplicación, regeneración y documentación. “Existe una colección de papas que se ha convertido en referente a nivel nacional, además de frutales importantes como la manzana y el peral”, explica Domingo Ríos, jefe del Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural.

También hay proyectos en las islas no capitalinas. En La Palma se encuentra el Centro de Agrodiversidad de La Palma (CAP), un organismo del Cabildo Insular de la isla, gestionado por la Sociedad de Promoción y Desarrollo Económico de la isla S.A.U. (Sodepal). En el CAP se conservan unas 300 accesiones de semillas, así como colecciones de variedades tradicionales de papas, ajos, ñames o boniatos. Así mismo, se mantienen colecciones de frutales tradicionales en diferentes parcelas repartidas por toda la isla. El centro se centrar en la conservación de las especies, en la regeneración y en la atención a los agricultores. “Alguna vez participamos en investigaciones, pero se echa de menos una mayor financiación para este tipo de proyectos en Canarias”, lamenta Neftalí Castro, responsable del centro.

Reserva genética de herencia

El Banco de Semillas del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo es uno de los más importantes de España. Conserva actualmente más de 4.500 muestras, que representan aproximadamente un 65% de la flora canaria endémica, recolectadas en el medio natural. Lo que lo convierte en el cuarto Banco de Semillas de España en número de accesiones, el mayor de la región Macaronésica y uno de los más importante de Europa.

Conserva además una colección de 450 accesiones correspondientes a 42 cultivos antiguos de Gran Canaria y duplicados de accesiones de otros bancos de semillas e instituciones científicas. La conservación del germoplasma implica la recolección, limpieza y deshidratación en una cámara con un 15% de humedad y a 15 grados de temperatura, hasta reducir el contenido de humedad de las semillas entre un 5 y un 7%. Este procedimiento garantiza que las semillas no sufrirán daños al congelarse y retarda sus procesos biológicos hasta casi un estado de hibernación, en el que se pueden conservar largos periodos de tiempo. Posteriormente tiene lugar el almacenamiento, a -10 grados, en contenedores de vidrio a los que se le añade gel de sílice.

El banco de germoplasma del Jardín Botánico es reconocido nacional e internacionalmente formando parte de la red española de bancos de semillas y de La Red Europea para la Conservación de Semillas Silvestres (Ensconet).

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