El Corte Inglés encara el final de la batalla familiar de sus accionistas

Las participaciones de Gimeno y su madre corresponden al 13% y al 9% de IASA, sociedad propietaria del 22,18% de El Corte Inglés, en la que Marta y Cristina Álvarez controlan el 69% y César Álvarez (hermano de Isidoro y de María Antonia), el 9%.

El máximo órgano directivo de la compañía considera que el precio, 145 millones, propuesto por Gimeno y su madre, es “atractivo” para la empresa. Fuentes del grupo de distribución han subrayado que nada tiene que ver el precio con la valoración de El Corte Inglés, estimada en 7.000 millones de euros en la última emisión de bonos (2.900 millones de euros más que el precio ofrecido por Gimeno), porque se trata de una participación indirecta y sin capacidad de control ni decisión en la compañía. “La valoración de los vendedores ha tenido en cuenta que se trata de una participación minoritaria en dicha sociedad”, expuso El Corte Inglés en un comunicado.

Por otra parte, la operación está condicionada a que se realice “libre de las cargas y gravámenes que actualmente pesan sobre ellas [liquidación de impuestos, lo que quede de una línea de crédito de 45 millones y los pagos pendientes de los abogados], se confirme el precio y se den las circunstancias que beneficien a todos los accionistas de El Corte Inglés» para evitar embargos sobre el paquete accionarial puesto a la venta. Según fuentes de la compañía, el cierre de la compraventa se podría realizar en un plazo de un mes o un mes y medio.

La negociación del 5% la realiza el propio El Corte Inglés, una vez que ni el resto de accionistas ni IASA han ejercido su derecho de compra preferente. Cuando se ejecute la compra, estas acciones no formarán parte de la autocartera, sino que El Corte Inglés pasará a tener el 22% de acciones en IASA, que a su vez tendrá el 22,18% de acciones de El Corte Inglés.

Dimas Gimeno fue el designado por su tío, Isidoro Álvarez, como sucesor cuando este falleció en 2014. Sin embargo, parte de la familia, como las hijas adoptivas de Álvarez, Marta y Cristina, no estaban de acuerdo con esa decisión. Los conflictos se sucedieron, reflejados en diversas demandas, hasta la destitución de Gimeno en 2018, que incluyó una compensación millonaria.

Gimeno vendió la participación que tenía en el gigante de la distribución por 2,5 millones, dentro del plan de recompra de acciones a empleados, ejecutado en diciembre de 2020, e iniciaba el final de la batalla familiar al retirar todas las demandas. Ahora, con esta compraventa, elimina el último nexo de unión que le quedaba.