El secretario general de Coalición Canaria (CC) en Gran Canaria y diputado en el Parlamento regional, Pablo Rodríguez, y la vicesecretaria insular de Políticas Insulares, María Fernández, han señalado que el sector del transporte en el archipiélago atraviesa una situación de "desesperación" tras meses sin percibir ayudas.

Así lo han manifestado tras mantener este viernes un encuentro con el presidente de la Federación Canaria de Empresas del Transporte (FET), José Agustín Espino, y su secretario general, José Ángel Hernández, así como con otros miembros y representantes del sector que se conectaron vía telemática, según informó CC en nota de prensa.

Rodríguez consideró que el transporte "no solo ha sufrido la ola de la pandemia, sino que ésta ha ido acompañada de un abandono y una desconexión por parte de las administraciones", reconociendo que la "radiografía" que ofrece el sector "es muy preocupante".

Actualmente, añadió, el transporte en Canarias representa el 8,7 por ciento del PIB, generando más de 34.000 empleos directos que son "estables y cualificados". Sin embargo, indicó que "lejos de presentarse un paquete de ayudas para apoyar a un colectivo que se ha demostrado esencial en un territorio fragmentando y alejado" como las islas, desde el Gobierno regional "se le ha impuesto más trabas al desarrollo de su actividad".

Por su parte, María Fernández consideró que el sector "atraviesa por una situación de desesperación", ya que a lo largo de estos meses "no han percibido ayudas a pesar de que hasta la mitad del total de la plantilla de sus trabajadores se encuentra en ERTE y la pérdida de actividad se sitúa en un 45 por ciento en el transporte de mercancías", a lo que agregó que "sin previsión de mejora durante los próximos meses".

Añadió que en el caso del transporte turístico la pérdida de actividad es de un 100 por 100; mientras que en las actividades complementarias del transporte escolar un 5 por ciento; y en el transporte público regular de viajeros un 20 por ciento.

Además ambos consideran que la destrucción del sector "no solo pone en riesgo a los trabajadores y a las propias empresas sino a la viabilidad de uno de los ejes vertebradores" de la economía, matizando que las inversiones que se requieren para volver a reconstruir un sector como este son "muy elevadas y difíciles de hacer frente".