El incremento medio de la deuda soberana de los países africanos durante el pasado año fue del 66%. Con las necesidades sanitarias multiplicándose por el coronavirus, entre el 15% y el 30% de los presupuestos estatales los devoran los gastos financieros y, a pesar de que organismos internacionales y estados acreedores ya han anunciado quitas y aplazamientos, el contexto avanza que no será suficiente solo con eso.

Son algunas de las conclusiones vertidas ayer en el webinar La deuda africana en época de pandemia organizado por Casa África. El director general de la institución, José Segura, enfatizó sobre la escasez de recursos que les quedarían a los estados para enfrentarse a la pandemia en el caso de dedicar al recorte de su pasivo hasta tres de cada diez euros que ingresan sus arcas.

”La solución parece fácil, que inviertan en lo primero y se olviden de lo segundo. Sin embargo, no lo es”, advirtió Segura para aclarar que son de aplicación las soluciones simples. Por su parte, el consejero sénior para África y América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE, Luis Padilla, detalló que en siete países africanos la deuda se multiplicó por dos, con la “zona norte” del continente como gran afectada. “La población más vulnerable son jóvenes y mujeres”, expuso Padilla, dejando claro que tras ese peligroso comportamiento de las cifras, hay personas que lo padecen.

“Hasta 25 países africanos, de 41 estudiados, dedican más recursos al pago de la deuda que al gasto público sanitario”, afirmó la investigadora y consultora en deuda, finanzas para el desarrollo, género y políticas públicas Iolanda Fresnadillo. También ella advirtió de que la moratoria acordada tan solo desplazará hasta 2023 el problema. Eso generará un muro de deuda que pone muy difícil a los países planificar inversiones y mejorar su desarrollo.

Ese fenómeno tendrá traslación a la población de a pie, como advirtió Jaume Portell, periodista especializado en Economía y Relaciones Internacionales, al rememorar la influencia que tuvieron las fuertes subidas del precio del pan en el estallido de la Primavera Árabe. Esa situación, dada la senda que se está recorriendo, puede repetirse en el futuro cercano.

Desde Oxfam, su responsable global de Política de Deuda, Jaime Atienza, incidió en la ausencia de una firme “exigencia de responsabilidad a los acreedores privados”. En su opinión, no basta con la suspensión de las obligaciones, por más que sea importante y se acordara de manera “rápida”.