El precio de la vivienda en alquiler se abarató en marzo cerca de un 4,4 % en comparación con el mismo periodo de 2020 y las comunidades de Madrid (-15,8 %), Baleares (-12,2 %) y Canarias (-10,7 %) encabezaron los ajustes, según un estudio elaborado por el portal inmobiliario Pisos.com.

En marzo, la vivienda en alquiler en España tuvo una superficie media de 105 metros cuadrados y una renta media mensual de 958 euros, lo que arroja además un descenso del 0,21 % frente al mes de febrero y una caída del 2,2 % respecto a diciembre de 2020.

En tasa interanual, las caídas más pronunciadas se dieron en Madrid, Baleares y Canarias, muy afectadas por la caída del turismo a consecuencia de la pandemia. Por su parte, los incrementos más llamativos se dieron en Andalucía (7,8 %), Navarra (5,4 %) y Cataluña (4,2 %).

Con todo ello, las comunidades con los alquileres más caros fueron Madrid (1.550 euros/mes), Cataluña (1.333 euros/mes) y Baleares (1.294 euros/mes). En el lado contrario, Extremadura (443 euros/mes), Castilla-La Mancha (553 euros/mes) y Galicia (594 euros/mes) registraron las rentas más económicas.

Por provincias, la más cara para alquilar una vivienda fue Madrid, con 1.550 euros al mes. Por detrás, se situaron Barcelona (1.422 euros/mes) y Baleares (1.294 euros/mes). En el lado opuesto, Cuenca cerró la clasificación con 410 euros mensuales.

De un año a otro, la renta que más se ajustó fue la de Madrid (-15,8 %) y la que más subió la de Soria (6,6 %).

En cuanto a las capitales de provincia, Madrid fue la más cara para los inquilinos, con una renta media de 1.650 euros al mes. Le siguieron Barcelona (1.596 euros/mes) y Donostia-San Sebastián (1.246 eros/mes).

EL AJUSTE DE LAS RENTAS PISA EL ACELERADOR

Según señala el director de Estudios de Pisos.com, Ferran Font, las rentas del alquiler están pisando el acelerador de las bajadas. Además, explica que el mercado del alquiler siempre responde a la baja más rápido y de forma más llamativa que el de venta, que suele arrojar caídas más moderadas y progresivas.

Además de los factores directamente relacionados con la pandemia de coronavirus, el directivo también alude al efecto que tendrán en el arrendamiento las medidas que formen parte de la Ley de Vivienda, de la que asegura que se han vertido soluciones "muy variopintas y no exentas de polémica".