El gobernador del Banco de EspañaPablo Hernández de Cos, ha pedido este viernes al Gobierno que tenga muy en cuenta la coyuntura económica antes de aprobar una nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI). "Estamos todavía en una situación de crisis económica, con niveles de PIB y empleo significativamente más bajos de los anteriores a la crisis, y en el que además algunos de los colectivos potencialmente más afectados por este tipo de medidas han sido particularmente afectados durante la crisis, como es el caso de los jóvenes. Por lo tanto, yo creo que esto exige un elemento de prudencia adicional", ha argumentado. 

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tiene previsto reunirse la semana que viene con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para debatir la posible subida del salario mínimo, una opción por la que de momento no se han mostrado muy partidarios el propio Sánchez, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, debido precisamente a su posible impacto en la recuperación. La principal representante de Unidas Podemos en la coalición del Ejecutivo, con todo, ha defendido que "políticamente hay margen" para elevarlo y cuenta para ello con el informe de la comisión de expertos que ha recomendado subirlo de 950 a entre 962 o 969 euros este año.

En unas jornadas de la APIE y UIMP, Hernández de Cos ha querido subrayar que es una decisión que le corresponde tomar al Gobierno. "Hay una serie de' trade-offs', como casi siempre en política económica: se generan algunos beneficios para aquellos que mantienen su empleo, que cobran un salario más alto; se generan algunos efectos negativos para aquellos que pierden su empleo. Le corresponde ahora a la autoridad política valorar, contrapesar, estos efectos positivos, no evidentemente al Banco de España", ha mantenido. 

Técnico y sin connotaciones políticas

El alto funcionario también ha defendido el reciente informe de su institución en el que se estimó que la subida a 900 euros del 2019, la mayor de los últimos 40 años, benefició a 1,4 millones de trabajadores, no provocó directamente destrucción de empleo, pero pudo obstaculizar la creación de entre 85.400 y 154.000 puestos de trabajo. "Los resultados del trabajo son los que son, deben ser o pueden ser un buen 'input' para los que tienen que tomar la decisión", ha sostenido en relación a un documento que recibió críticas por parte de políticos de izquierdas y de los sindicatos. 

"Uno de los grandes retos estructurales de este país tiene que ver con la escasez de la evaluación de las políticas públicas, necesitamos mayor investigación económica para que las autoridades estén en condiciones de tomar las decisiones más adecuadas. Este trabajo ejemplifica bien esa contribución que se puede hacer desde una institución como el Banco de España con un documento escrito por algunos de nuestros mejores economistas, sin ningún tipo de connotación política, con un análisis puramente técnico muy riguroso. Que necesariamente es incompleto, nadie pretende resolver una discusión tan difícil como la del salario mínimo con un solo documento y lo único que pretende es ser una pieza adicional que ayude a contribuir a ese debate y eventualmente a la decisión", ha argumentado. 

Hernández de Cos, así, ha destacado que el informe se refiere solo al efecto de la subida del SMI en el primer año de vigencia, porque todavía existen datos suficientes para valorar periodos posteriores. "A uno le gustaría saber qué pasa con esos trabajadores varios años después. Y aquí la literatura económica da respuestas que no siempre van en la misma dirección, en algunos casos se señala que los efectos podrían ser más negativos, en otros que podrían compensarse por otros más positivos", ha advertido.