El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)Rodrigo Buenaventura, ha advertido este viernes del "desgaste reputacional" que pueden suponer para las empresas afectadas, pero también para el conjunto de compañías cotizadas por "riesgo o efecto diferido", imputaciones judiciales por el caso Villarejo como la del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. "Es importante que las cotizadas extremen los mecanismos de precaución y las afectadas activen los de buen gobierno corporativo, sean transparentes y colaboren con el buen grado de reputación de las empresas cotizadas", ha defendido.

En unas jornadas de la APIE y UIMP, el máximo responsable del supervisor de los mercados financieros no ha querido pronunciarse sobre si los directivos afectados deben dejar sus puestos: "Eso corresponde a las sociedades cotizadas y a sus dueños". También ha asegurado que se trata de casos "aislados e individuales" y que la mayoría de las empresas españolas tienen "estándares éticos" equiparables a los del resto de países europeos. Pero al tiempo, ha advertido de que si este tipo de situaciones se prolongan en el tiempo, como está sucediendo por las distintas vertientes del 'caso Villarejo' con otras compañías afectadas como el BBVA o Repsol, puede "extenderse" una sensación de desconfianza hacia otras grandes cotizadas españolas que "nada tienen que ver" con ese tipo de comportamientos. 

Por ello, Buenaventura ha destacado que el papel de la CNMV es velar porque las empresas afectadas "se replanteen qué hacer", que se debata en sus órganos de gobierno y que la información se ponga a disposición de los accionistas y del mercado. Así, ha subrayado que es fundamental que los consejos de administración, y en particular los consejeros independientes, vigilen que se cumplan los principios de bueno gobierno de las empresas y protejan los intereses de todos los accionistas, sobre todo los minoritarios.  

Imagen y reputación

El presidente de la CNMV ha ratificado "palabra por palabra" el comunicado que emitió su institución en 2019, tras la imputación del expresidente del BBVA Francisco González por el 'caso Villarejo'. "Los casos de presuntas prácticas irregulares en algunas sociedades cotizadas que se han conocido en los últimos meses, algunos de los cuales han dado lugar a actuaciones de la jurisdicción penal, son motivo de preocupación para la CNMV como entidad supervisora del mercado de valores español. Aunque solo afecten a algunas empresas o sean imputables a un número reducido de personas, este tipo de situaciones puede comprometer la imagen y reputación de nuestro mercado de valores", apuntó el organismo presidido entonces por Sebastián Albella. 

En un comunicado a la CNMV, Iberdrola apuntó este jueves que el consejo de administración y su comisión ejecutiva delegada habían "valorado la situación" generada por la imputación de su presidente y otros directivos y exdirectivos y ratificado su "apoyo a la gestión realizada" del caso por parte de la dirección de la compañía. La eléctrica aseguró que también "se acordó (el pasado 25 de mayo) dar por debidamente cumplidas las obligaciones establecidas" en los sistemas internos y públicos de gobernanza "para el caso de que algún miembro del consejo de administración fuera llamado como investigado en el procedimiento penal, sin que se considerara preciso la adopción de medida alguna".

Pico de fraudes

Buenaventura, por otra parte, ha alertado de que su institución está registrando un "pico histórico" en el número de consultas y reclamaciones entre febrero y mayo, por conductas que en ocasiones son "actividades ilícitas e incluso delictivas", y que muchas de estas peticiones de inversores se refieren a casos ligados con los criptoactivos, "el activo de moda". Asimismo, ha cuantificado en 800 millones de euros los daños reclamados actualmente en la Audiencia Nacional.

En esta línea, ha confirmado que la CNMV está trabajando con el Ministerio de Economía y otras instituciones para mejorar la investigación y persecución de conductas fraudulentas relativas a servicios financieros. "El fraude financiero es como un globo, va creciendo y la cuestión es pincharlo lo antes posible, porque nunca vamos a ser capaces de erradicar la conducta. De lo que se trata es de detectarla antes de que adquiera una dimensión en la que el daño social sea muy importante", ha explicado.