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Las reservas de hotel tocan fondo pese al certificado covid europeo

El documento que facilita los viajes dentro del territorio comunitario, y que ya tienen casi 300.000 canarios, no evita que la demanda turística siga cuesta abajo

Un hombre escanea el código QR de su tarjeta digital de viaje en un control del aeropuerto de Tenerife Norte. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Cerca de 300.000 canarios tienen ya el certificado covid digital, el documento con que la Unión Europea promueve y facilita los desplazamientos dentro del territorio comunitario. El 14% de los ciudadanos del Archipiélago –14 de cada cien– dispone así de una certificación en la que está depositada buena parte de las esperanzas de recuperación del turismo. Sin embargo, los efectos del mal llamado pasaporte sanitario –no es un pasaporte porque no reconoce a su usuario ningún nuevo derecho y su alcance puede ser limitado por los Estados miembros– son prácticamente nulos en las reservas vacacionales. Al menos en las Islas.

En la última semana –la del lunes 21 al domingo 27–, Canarias es el destino turístico español en que más se reducen las reservas de hotel con respecto a la semana anterior; es también donde menos reservas se recuperan en comparación con la misma semana de 2020 –el Año I de la pandemia–; y, por si fuera poco, es junto con Madrid una de las dos Comunidades Autónomas en que más caen las reservas en relación con 2019, en ambos casos con descensos superiores al 20%. En definitiva, el certificado covid digital –que no entra en vigor de forma oficial hasta mañana, 1 de julio, pero que varios países de la UE usan voluntariamente desde principios de junio, entre ellos España– se ha convertido en un indicador de las ganas de los canarios por reanudar los viajes al exterior, pero aún habrá que esperar para comprobar su eficacia como impulsor de la alicaída industria turística europea.

Son exactamente 296.037 personas las que a las diez de la mañana de ayer, cuando la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias suministra los datos a este diario, ya contaban con su certificado covid. El certificado acredita que su titular no es portador del virus: ya sea porque ha recibido la vacuna, porque ha dado negativo en un test o prueba PCR o porque ha superado la enfermedad. En el Archipiélago, de esos 296.037 certificados expedidos hasta ayer, un total de 1.742 son de personas que se han recuperado de la covid-19, 4.124 son de ciudadanos que han dado resultado negativo en un test y los restantes 290.171, la gran mayoría, de canarios que ya están vacunados. A todos ellos, una vez lleguen a sus destinos, se les escaneará el código QR del viajero y las autoridades del Estado miembro de que se trate verán al momento que su entrada no conlleva riesgo de propagación de la enfermedad. En última instancia, el viajero evita así las medidas y controles sanitarios adicionales –PCR, tests, cuarentenas...– que el país establezca para quienes aterricen en sus aeropuertos sin el certificado covid.

La agilidad de esta herramienta explica por qué es tan importante para el sector turístico, con diferencia el más castigado por las restricciones de la movilidad que ha traído consigo el coronavirus. Pero, de momento, sus efectos positivos no se notan en el volumen de reservas. De hecho, las cifras han ido a peor en los últimos días después de que el Reino Unido –que ya no forma parte de la UE y, por tanto, no comparte el experimento del certificado covid– decidiera el miércoles de la semana pasada mantener a Canarias entre los territorios no seguros o no del todo seguros. Pese a que el Gobierno británico anunció después –el viernes– que sus ciudadanos vacunados podrán venir a las Islas sin tener que someterse a cuarentena a su regreso, ni esto ni el certificado digital son de momento suficientes para incrementar el ritmo de reservas de hotel.

La semana pasada, según los datos de TravelgateX –una de las mayores redes de proveedores y compradores turísticos del mundo–, las reservas en los hoteles de Canarias se redujeron un 12,3% respecto de la semana anterior, el mayor descenso del país. La caída es aún mayor, de un 24,5%, en relación con 2019, el último año de normalidad. Las reservas sí crecen un 49% sobre las de 2020, pero el dato no es del todo positivo. Que sean más que en 2020 es normal, ya que el año pasado fue el del estallido de la pandemia, pero ese 49% es el menor incremento del país.

Un sector a la mitad


Jorge Marichal y José María Mañaricúa, presidentes de las patronales hoteleras de las provincias de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel) y de Las Palmas (FEHT), explicaron ayer que alrededor de la mitad de los hoteles resisten abiertos. La clave es recuperar el mercado británico, aunque el verano hace ya tiempo que se dio por perdido. Antonio Hormiga, de la patronal hotelera de Fuerteventura, apuntó que al menos se ve estos días algo más de «movimiento». | M.Á.M.

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