El encarecimiento de las materias primas causa incertidumbre en los sectores industriales. Pese a que el sector inmobiliario, por ejemplo, asegura que el alza de los costes se está manteniendo relativamente bajo control, según Sociedad de Tasación, en el ámbito industrial y de la construcción se alerta cada vez más de que la inflación se hará realidad a corto plazo. La fuerte recuperación económica, que algunos sitúan más cerca del 9% que de las previsiones oficiales del 6%, presiona al alza la demanda de materias primas y los precios han subido. Según los datos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras (Seopan), materias primas estratégicas han disparado sus precios desde los mínimos alcanzados en el 2020. Así, el acero corrugado ha subido un 78%; el cobre, un 102%; el aluminio, un 56% y el petróleo, un 106%. Son las mayores subidas desde desde 2009. Y de los precios de los carburanes dependen múltiples productos y los costes del transporte. La presión sobre los márgenes comerciales de las empresas invita a pensar en repuntes de precios.

El alza del precio de los fletes internacionales es otro de los elementos que preocupa seriamente a las empresas importadoras. El precio de los contenedores de acero se encuentra en máximos históricos. El precio de la madera se ha disparado por el incremento de la demanda en EEUU y las perspectivas de mayor uso en el sector inmobiliario. Los precios de la vivienda en EEUU han aumentado el 14% en el primer semestre, en parte por esa presión sobre los precios de la madera.

La consultora Cushman and Wakefield (C&W) ha llegado a aconsejar en las últimas semanas que las constructoras repasen sus proyectos y modifiquen el uso de materiales para reducir los costes. En la construcción de oficinas, por ejemplo, la firma aconseja el uso de estructuras de hormigón en lugar de acero en aquellos espacios de gran altura, mientras que en los edificios de media altura apuesta por los módulos para reducir residuos y mejorar la eficiencia. Aconseja también adelantar las compras de materiales ante la previsión de incrementos de precios. o retrasos en la entrega, ante los previsibles fallos de las cadenas de suministro. Otro ejemplo es la eliminación progresiva del cobre de las tuberías en favor de otros materiales más baratos.