No ha habido sorpresas en Frankfurt. El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) sigue con su política acomodaticia al mantener los tipos de intereses oficiales de referencia en sus niveles mínimos históricos en los que llevan instalados desde marzo del 2016, así como los programas de deuda, que permanecerán también invariables.

Esta reunión de julio de este año era ciertamente esperada por los inversores al ser la primera desde que la entidad decidió revisar su objetivo de inflación y situarlo en el 2% a medio plazo, en lugar del tradicional nivel “inferior, aunque próximo” al 2%, y por las palabras de la presidenta del banco central, Christine Lagarde, hace unos días en una entrevista con Bloomberg en la que aseguraba que habría "cambios interesantes" en las indicaciones sobre la orientación de la política monetaria.

Pero nada más lejos. Tras su reunión de este jueves, el consejo de gobierno ha asegurado que "espera que las tasas de interés clave del BCE se mantengan en sus niveles actuales o más bajos hasta que vea que la inflación alcance el 2% (...) y de forma duradera". En la actualidad, la inflación en la zona euro está en el 1,9%, tras estar en el 2% en el mes de mayo.

Así, el BCE deja el precio oficial del dinero instalado en el 0%, mientras que la facilidad marginal de crédito (el dinero que pagan los bancos al BCE por prestarles dinero) se mantiene en el 0,25% y la facilidad de depósito (el dinero que el BCE les da a los bancos por guardarles su dinero) permanece en el 0,50%, es decir, el BCE cobra a los bancos en vez de pagarles.

Tampoco ha habido ningún cambio en sus programas de compras. El programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), creado en marzo del año pasado y ampliado en junio y en diciembre, mantendrá su dotación total de 1,85 billones de euros y seguirá en vigor "al menos hasta final de marzo de 2022 y, en todo caso, hasta que considere finalizada la fase de crisis del coronavirus".

Por su parte, el programa de compras de activos (APP), lanzado mucho antes de la llegada del coronavirus, también continuará a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros. "El consejo de gobierno sigue esperando que las compras mensuales de activos netos en el marco del APP se prolonguen durante el tiempo que sea necesario para reforzar el impacto acomodaticio de sus tipos de interés oficiales y finalicen poco antes de que comience a subir los tipos de interés clave del BCE", indica el banco.

A la espera de Lagarde

Tras mantener su política acomodaticia invariable, le toca el turno ahora a la presidenta del organismo, Christine Lagarde, encarada de presentar las nuevas previsiones en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno. Esta es una de las partes clave en la política monetaria, los que se conoce como ‘forward guidance’, que comenzó a utilizar en el BCE Draghi en 2013, y que no es otra cosa que emitir mensajes con el fin de influir en las expectativas de los agentes (las empresas y las personas) y en las condiciones financieras.