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El precio de la vivienda se dispara en Canarias y vuelve a máximos de hace 14 años

La escasez de oferta nueva, el negocio turístico y la rentabilidad del ladrillo frente al depósito bancario suben el valor de las casas en plena crisis económica

Una mujer mira los precios de las casas en el escaparate de una inmobiliaria. | | CARSTEN W. LAURITSEN

El precio de la vivienda se ha disparado en Canarias a pesar de la crisis económica que ha traído consigo el coronavirus. El valor de las casas está en cifras que no se veían desde 2007, hace 14 años, cuando ni siquiera había comenzado la crisis financiera –el crac se produjo a finales de 2007–. No hay un factor que por sí solo sirva para explicar por qué el coste de la vivienda toca techo justo en uno de los momentos más delicados para el bolsillo de las familias y la caja de las empresas. No obstante, el principal factor, explican desde la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), es la escasez de oferta nueva, es decir, la falta de edificios residenciales de nueva construcción y la falta –o más bien la inexistencia– de promociones públicas. Hay mucha demanda –la población del Archipiélago ha crecido en casi medio millón de personas en los últimos veinte años– y la oferta no se incrementa. Si a ello se le suma que los propietarios son conscientes de que el regreso del turismo está a la vuelta de la esquina, con lo que el negocio vacacional vuelve a crecer en detrimento del mercado residencial, los precios no solo no bajan, sino que suben.

Una subida de precios que certifican tanto los datos oficiales como los de las grandes firmas y portales inmobiliarios. Según idealista, la compañía de origen español propiedad de la financiera Apax Partners, Canarias es, junto con Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana, una de las autonomías en que más se incrementó el valor de las casas en el último año. Entre agosto de 2020 y agosto de 2021, es decir, doce meses que han transcurrido sumidos de lleno en la crisis del coronavirus, el precio medio de las viviendas aumentó en las Islas un 5,2%. Tras este notable incremento, comprar una casa en Canarias cuesta una media de 1.907 euros por metro cuadrado, con lo que una propiedad de cien metros cuadrados saldría por la friolera de 190.700 euros, una factura prohibitiva para la mayoría de las familias de la región. Hay que remontarse a junio de 2007 para dar con la última vez que el precio del metro cuadrado superó los 1.900 euros. De hecho fue entre noviembre de 2006 y mediados de 2007 –antes del crac y del estallido de la burbuja inmobiliaria– la única vez anterior en que se registraron valores tan altos. En esos meses oscilaron entre 1.801 y 1.937 euros por metro.

La radiografía es la misma con los números del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El valor medio de las compraventas de viviendas en el Archipiélago es de unos 158.500 euros. Así pues, también en la estadística oficial hay que remontarse a 2007-2008 para encontrar transacciones de mayor cuantía. En definitiva, y aunque a simple vista pueda parecer paradójico, el precio de las casas ha vuelto a máximos en Canarias en medio de una crisis sin precedentes. Ocurre, sin embargo, que en realidad no hay ninguna paradoja.

«Hay un déficit alarmante de vivienda pública, y tampoco hay construcción, es decir, casi no hay oferta, de modo que los precios se disparan», explica el delegado de la APEI en Canarias, Isidro Martín. Además, Martín expone otros factores que no resultan tan evidentes pero que también influyen en la subida de los precios. Uno de estos factores subyacentes es la baja rentabilidad de los depósitos bancarios, que hasta hace nada eran la fórmula preferida para ahorrar y que ahora casi no rentan ni un solo euro. «Hay muchos jubilados y prejubilados con fondos y dineros ociosos que han optado por invertir en vivienda; los bancos vienen quitándose de encima las propiedades y estas personas encuentran rentabilidad en las casas y en los alquileres», ahonda el representante de la asociación profesional. Rentabilidades que oscilan entre un 5 y un 7%, porcentajes de ganancias que ni de lejos ofrecería el mejor de los depósitos bancarios de la actualidad. Y luego está el negocio vacacional, un fenómeno que también engorda los precios, tanto los del alquiler como los de la venta.

No en vano, hay una parte de la oferta orientada hacia la segunda residencia de, sobre todo, británicos y alemanes. Por lo general se trata de inmuebles en las zonas turísticas del litoral, con lo que sus precios son mayores que los del mercado ordinario. Y por último está el alquiler vacacional, que no solo reduce la oferta del arrendamiento de larga estancia, sino que también impide que muchas de las propiedades se pongan en venta. Los dueños obtienen más beneficio con el turista que con el alquiler residencial o la venta del inmueble, y saben que el turismo volverá más pronto que tarde.

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