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Consorcio de Compensación

¿Los seguros pagarán los daños por la erupción de La Palma?

La mayoría de los desastres o riesgos extraordinarios en España se deben a inundaciones

Una de las lenguas de lava del volcán de la isla La Palma. EFE

El caso de España es un ejemplo mundial en los sistemas de aseguramiento público ante catástrofes naturales, ya que dispone de mecanismos de mutualización del riesgo que no existen en otros países. Los propietarios de las viviendas afectadas por la erupción en La Palma serán indemnizados por el seguro, siempre que tengan contratada una póliza, ya que se prevé que el área sea considerada zona catastrófica.

Las aseguradoras no cubren los denominados riesgos extraordinarios. El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) es el encargado de respaldar los desastres naturales que no es posible prever, y que por tanto no pueden ser objeto de cálculo previo de valoración por parte de las compañías. Según el Consorcio, el organismo "indemniza los daños producidos por fenómenos naturales o derivados de hechos de incidencia política o social, a condición de tener suscrito un seguro para las personas o bienes afectados".

Estos son los considerados riesgos extraordinarios

  • Fenómenos naturales como inundación extraordinaria, embate de mar, tempestad ciclónica atípica (tornados y vientos con rachas superiores a 120 km/h), terremoto, maremoto, erupción volcánica, caída de aerolitos.
  • Hechos violentos como consecuencia de terrorismo, rebelión, sedición, motín o tumulto popular.
  • Actuaciones de las Fuerzas Armadas o de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en tiempo de paz.

Condición indispensable para cobrar una compensación

Es imprescindible contar con un seguro al corriente de pago en el que se especifique la cobertura de la vivienda o bien para que esta entidad pública asuma los daños. 

¿Cómo funciona el Consorcio de Compensación de Seguros?

Cualquier asegurado paga una parte a su aseguradora que se destina al Consorcio para cubrir riesgos extraordinarios. Todo el parque automovilístico, las personas y al menos el 76% de las viviendas están asegurados contra catástrofes naturales gracias a este ente público. El 69% de lo que paga el consorcio es por inundaciones. Cuando se produce un desastre y los daños se sitúan por encima de un nivel determinado, el Consorcio entra en acción aportando recursos reasegurando las pérdidas en función de la prima (algunas subvencionadas, como en el sector agrario).

¿Existe riesgo de impago del Consorcio?

Si las catástrofes aumentan, el Consorcio puede tener dificultades. En el 2017 y el 2018, por ejemplo, el Consorcio tuvo pérdidas por efectos de la sequía y el granizo y fue necesario el mecanismo del reaseguro. Pero el Consorcio dispone de un capital remanente para hacer frente a las catástrofes naturales, que ha llegado a estar en torno a los 9.000 millones de euros. Según el Consorcio, su función es también "proteger a los acreedores por contrato de seguro (asegurados, beneficiarios y terceros perjudicados) en los casos de compañías en liquidación encomendada al Consorcio, o que se encuentren en situación de concurso de acreedores". El Estado es el garante final del pago, aunque no lo pague directamente con los Presupuestos.

¿Existen seguros especiales para empresas?

Otra cuestión son los seguros empresariales, a los que el Consorcio siempre exige algún tipo de franquicia para evitar desestabilizar el sistema. Así, el Consorcio aplica una franquicia del 7% en desastres industriales. Si se inunda una empresa siderúrgica es fácil que los costes de reparación superen los 15 millones de euros. O si se cae un generador eléctrico, los costes llegarán a más de un millón de euros. Entre los modelos de cálculo de prima basados en el riesgo y un sistema mutualizado hay diferencias. Si se contratan más seguros el precio de las primas tiende a bajar.

Más seguros, primas más bajas

El hecho de que se gestionen mejor las alertas meteorológicas y que exista una mayor actividad aseguradora beneficia a la estabilidad de las primas que aplican las aseguradoras y a minimizar los efectos de los desastres naturales. Hace 30 años en España existían unos 20 millones de pólizas de seguro y actualmente hay al menos 120 millones. Como consecuencia, aunque los desastres naturales aumenten localmente, las aseguradoras equilibran o deben equilibrar las compensaciones a sus clientes con su propia diversificación de ingresos y una política acertada de inversión de recursos. Pero el contexto de bajos tipos de interés y la escasa retribución de los títulos de renta fija en los que invierten las aseguradoras tiende a complicar la gestión de las cuentas de resultados.  

¿El cambio climático afecta al sector asegurador?

Sí. El efecto macroeconómico del cambio climático impulsa nuevos mecanismos de autodefensa por parte de los particulares en forma de seguros. Los fenómenos climáticos extremos generan un incentivo para querer asegurar bienes y las primas han tendido a subir. Pese a que el Consorcio es una entidad pública adscrita al Ministerio de Economía, los fondos con los que hace frente a las indemnizaciones no proceden del Estado. El dinero para afrontar los siniestros por riesgos extraordinarios procede de las primas que los asegurados pagan por cubrir sus riesgos. Un pequeño porcentaje de estos ingresos que cobran las aseguradoras van a parar al CCS, que se encarga de su gestión. En el caso de las pólizas de vehículos hay una cantidad fija para cubrir accidentes con vehículos no asegurados.

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