La Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido mantener los tipos de interés prácticamente a cero, dejándolos en la horquilla de entre 0 y 0.25% en que los colocó en marzo de 2020 para intentar estimular la economía cuando empezó el golpe de la pandemia. También, no obstante, ha dado señales de que la subida de los tipos puede empezar antes de lo anteriormente previsto y si en junio una mayoría de los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto estimaban que la subida llegaría en 2023 ahora la mayoría calcula que se producirá en 2022.

En su comunicado el banco central estadounidense también ha señalado que “si el progreso económico continúa en lo general como se anticipa”, empezará “pronto” a reducir su programa masivo de compra mensual de bonos, un estímulo que lanzó en junio del año pasado y por el que ha estado inyectando 120.000 millones de dólares al mes en la economía (80.000 millones en bonos del Tesoro y 40.000 millones en vinculados a activos hipotecarios).

Todos los ojos estaban puestos en qué mensaje lanzaría la Fed sobre este “taper” del programa con el que ha estado ayudando a mantener bajos los tipos de interés a largo plazo y abaratando los de muchos préstamos. Y ese “pronto” consolida la señal, que dieron primero oficialmente en julio, de que antes de que acabe el año arrancará la desarticulación de esa arquitectura de estímulos con que el banco central estadounidense ha estado apoyando la economía, aunque el anuncio formal se espera tras la reunión del 2 y 3 noviembre.

Empeoran las previsiones

Las decisiones adoptadas por el comité han llegado incluso cuando sus previsiones sobre la economía de EEUU para este año han empeorado respecto a las que realizó en junio. Ahora estiman que el PIB crecerá solo un 5,9%, frente al 7% que anticiparon en junio. También han elevado a 3,7% su perspectiva sobre la inflación este año, en lugar del 3% que calculaban en junio, pero en el comunicado se insiste en que la inflación elevada “refleja principalmente factores transitorios”.

“El camino de la economía sigue dependiendo del curso del virus”, han escrito en su comunicado. “El avance en las vacunaciones probablemente seguirá reduciendo los efectos de la crisis de salud pública en la economía pero persisten los riesgos para las perspectivas económicas”.