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El campo lanza un SOS: así no hay quien viva

Unas vacas comen en una explotación ganadera. Agencias

En dos mil aldeas gallegas solo se producen “alimañas, jabalíes e incendios” y en otros 14.000 núcleos de población apenas una veintena de vecinos separan el padrón del vacío absoluto. Con argumentos así sindicatos del sector agroganadero como Unións Agrarias defienden la relevancia de mantener el empleo en estas zonas y recuerdan que en algunas partes de la montaña de Lugo o de Ourense son las explotaciones de carne, por ejemplo, las que tiran del carro. La cuestión es por cuánto tiempo. Solo en el último año se cerraron en Galicia un total de 381 granjas de leche, una cifra, destaca Félix Porto, responsable de Área Externa de Unións Agrarias (UU AA), que rompe por arriba la tendencia a la clausura de explotaciones en los últimos años y los ganaderos lo ven “muy vinculado” a los costes de producción.

Un informe del sindicato refleja cómo entre principios de este año y el tercer trimestre no solo tuvieron que hacer cuentas los productores lácteos, que vieron cómo sus costes por litro se incrementaban un 11,5%. En ese montante influyen la energía (luz más gasoil), con un incremento interanual hasta agosto de un 27,2%, pero también la alimentación, el grueso de gastos, que en nueve meses pasó a suponer un 20,2% más.

Los productores de carne

Pero no solo ocurre con la leche, sino también con la carne. En concreto, el mismo análisis del sindicato, relativo a vacuno, advierte de que la situación es “muy parecida”, con un agravante: la bajada de consumo y cotizaciones que han sufrido, y de la que aún no se han recuperado, señalan, como consecuencia de la pandemia. En los cálculos realizados por Unións Agrarias, en este caso de elaboración propia, se estima que el coste de producir un kilogramo canal pasó este mismo año de 4,75 euros a 5,41, casi un 14% más, y sin contar ni amortizaciones ni tener en cuenta ni amortizaciones ni mano de obra. Detrás de este cálculo están los incrementos en gasóleo, un 20% más; en fertilizantes, un 17%; en pienso, un 14,3%; en electricidad, un 25%; en semillas, un 10%, o en sanidad, seguros o reparaciones, un 3%. De hecho, Unións Agrarias ha comenzado ya movilizaciones, aparte de por la leche, también por la carne porque, denuncia, a la caída de precios en origen por el COVID, las ganaderías gallegas suman “ahora” la fuerte subida de costes de producción y esta combinación supone que “ingresen hoy 200 euros menos por cada ternero que venden de los que percibían antes de la pandemia”.

Tampoco se libran otros productores, como los de porcino, conejo o los avícolas ya que, además, se trata, indican del sindicato, de granjas que dependen en mayor medida del mercado de piensos y donde la electricidad supone asimismo un gran impacto. La subida afecta a todo el campo. Lo refleja un informe de UPA (Unión de Pequeños Agricultores), que recoge cómo, a nivel estatal, el nitrato amónico cálcico ha duplicado su precio en un año, el gasóleo ha subido un 45% y los fitosanitarios, entre un 5-70%.

Perspectivas poco halagüeñas

Y las perspectivas no tienen trazas de mejorar. Todo lo contrario, augura Unións Agrarias. La escalada de precios, ya de por sí “desproporcionada”, como augur Porto, “se va a agravar” en los primeros meses del próximo año por el desabastecimiento, la subida en las materias primas y la “especulación”. Así, la situación, si ya ahora mismo pone contra las cuerdas a los productores, que menudearán sus protestas para instar a las administraciones a buscar una solución, se volverá “crítica”. “Insostenible”, concede Porto, y abocará al cierre a muchas explotaciones.

Una encuesta a varios responsables de fábricas de pienso les permite prever que estos subirán hasta final de año un 20% –llegando el incremento interanual a un 100%– y en el caso de los fertilizantes, será a partir de ahora cuando se note la subida de la energía, en el entorno del 30%. También los plásticos se encarecerán: la campaña de 2022 experimentará subidas del 80-90% por las cotizaciones del petróleo.

Para intentar buscar alivio, los ganaderos miran hacia la Ley de la cadena alimentaria y piden su “aplicación”. “Porque el incremento no está haciendo más que empezar”, lamenta el responsable de Área Externa de UU AA. “No hay precedentes”, y subraya: “La situación es absolutamente excepcional y hay que darle respuestas excepcionales”.

Precisamente ayer el responsable del sector lácteo del sindicato, Óscar Pose, aseguraba en Lugo que la industria se encuentra en este momento en “mejor situación” para subir el precio de la leche y “compensar” a los ganaderos por el notable incremento de los costes de producción. De momento, no se plantean abandonar las protestas y piden la solidaridad de la sociedad.

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